December 15th, 2024

Cuando Dios nos visitó

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• Durante mi adolescencia, mi familia y yo estábamos de vacaciones en algún pueblo del Perú cuando recibimos una noticia inesperada. El presidente del país estaba de visita en el mismo pueblo. Como resultado, habría medidas necesarias de seguridad. Durante varias horas, no podríamos salir del hotel.
• Subimos al techo, de donde alcanzamos a ver de lejos la figura del presidente. Para nosotros, el único resultado de su visita fue la pérdida de algunas horas de nuestras vacaciones. Nos entusiasmamos por la visita de un personaje poderoso, pero no siempre trae beneficios.
• ¿Cómo serían las cosas si Dios mismo nos visitara? Esto es lo que celebramos en la Navidad. Celebramos la visita de Dios al mundo para salvar a su pueblo. Cuando Dios nos visitó, no fue una pérdida de tiempo. ¡Sucedieron cosas maravillosas! Hoy vamos a leer un canto de alabanza que nos habla de la visita de Dios.
• La persona que pronunció estas palabras fue Zacarías, el padre de Juan el Bautista. Durante meses había estado mudo, porque no había creído el mensaje del ángel que el dijo que su esposa anciana iba a tener un bebé. Después del nacimiento de Juan, Zacarías recuperó el habla. ¿Qué fue lo primero que hizo? ¿Pidió su plato de comida preferido? ¿Regañó a su esposa por todas las cosas que no le había podido decir durante esos meses?
• La primera cosa que hizo Zacarías fue alabar a Dios. Leamos su canto de alabanza, que se encuentra en Lucas 1:67-79. Hoy leeré de la Nueva Biblia de las Américas.
• Su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó diciendo:
• «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha traído redención para Su pueblo, y nos ha levantado un cuerno de salvación en la casa de David Su siervo,
• Tal como lo anunció por boca de Sus santos profetas desde los tiempos antiguos, salvación de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos aborrecen;
• Para mostrar misericordia a nuestros padres, y para recordar Su santo pacto, el juramento que hizo a nuestro padre Abraham: Concedernos que, librados de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante de Él, todos nuestros días.
• Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo; porque irás delante del Señor para preparar Sus caminos; para dar a Su pueblo el conocimiento de la salvación por el perdón de sus pecados, por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
• Con que la Aurora nos visitará desde lo alto, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pies en el camino de paz».
• Lleno del Espíritu Santo, Zacarías anunció que Dios estaba visitando a su pueblo. ¿Qué trae esa visita de Dios? Hoy vamos a meditar sobre dos cosas que nos trae la visita de Dios. En primer lugar, la visita de Dios nos trae libertad. Cuando Dios nos visita, él nos hace realmente libres.
• Esa libertad viene por la redención. Es una palabra que no usamos mucho afuera de la iglesia, pero tiene un significado muy profundo. La redención significa pagar el precio para comprar la libertad de alguien. Por ejemplo, cuando una persona ha sido secuestrada, a veces su familia paga un rescate para conseguir su libertad. Es un cuadro de la redención.
• Dios pagó un gran precio para que nosotros pudiéramos ser libres. La Navidad para los que conocen a Cristo es una celebración de libertad. Hemos sido rescatados. Agárrate de esa idea de la libertad, porque vamos a tratar de entenderla mejor. En primer lugar, ¿quién nos libera?
• El verso 69 dice: Nos ha levantado un cuerno de salvación en la casa de David su siervo. David fue el rey a quien Dios le prometió que su descendencia reinaría para siempre. Un cuerno, en la Biblia, representa poder y autoridad. Piensa en los cuernos de un buey o de un toro. Allí está la fuerza del animal. Dios ha levantado a un Rey poderoso para librarnos.
• Esto no fue algo improvisado. Dios había preparado el camino para la venida de esta gran Rey y libertador por medio de sus profetas cientos y cientos de años antes. El Salvador venía para cumplir las promesas que Dios le había hecho a Abraham 2000 años antes.
• Este poderoso Rey, que venía para cumplir un plan que se había revelado desde mucho antes a lo largo del Antiguo Testamento, nos visitó para traernos libertad de nuestros enemigos. Vino a darnos Salvación de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos aborrecen.
• ¿Quiénes son nuestros enemigos? Quizás pienses en la señora chismosa o el matón que te hace bullying. Dios puede encargarse de esas personas. Pero nuestros mayores enemigos son espirituales. Nuestra verdadera lucha no es contra carne ni sangre. Hay fuerzas espirituales que nos quieren destruir. Cada día nos quieren hacer daño.
• ¿Cómo nos atacan? Tratan de hacernos creer mentiras. Dios no te ama, nos dicen. No hay esperanza para ti. Tú no vales nada. Nos oprimen y nos deprimen. Nos tratan de encadenar con vicios y malas costumbres. Nos atan con ciclos viciosos que nos llevan al sufrimiento. Dios nos ha visitado para liberarnos del poder de nuestros enemigos.
• Quiero hacerte una pregunta honesta. ¿Eres libre? ¿Puedes decir que tu corazón está en libertad? Sólo Jesucristo te puede hacer libre de verdad. El pecado ofrece una apariencia de libertad que te deja en cadenas. Sólo el amor de Cristo te hace realmente libre. Él venció a todos nuestros enemigos reales. Venció al diablo. Venció la muerte.
• Busca tu verdadera libertad en Jesús. Phillips Brooks, el escritor del villancico Oh, pueblecito de Belén, dijo esto acerca de la libertad: Ningún hombre en este mundo alcanza la libertad de alguna esclavitud al menos que ingrese a una servidumbre más elevada. No existe tal cosa como un hombre completamente libre.
• Si quieres ser libre, conviértete en siervo de Jesús. Él te dará verdadera libertad, porque te ama y tiene propósitos buenos para ti. Entrégale todo lo que te esclaviza. Dale tus malas costumbres, tus malas palabras y tus malos pensamientos. Cuando te sometes de verdad a Jesús, encuentras la verdadera libertad. Para eso vino a visitarnos.
• La visita de Dios también nos trae luz, como lo describe Zacarías en la segunda parte de su mensaje. Ahora comienza a hablarle a su hijo, Juan el Bautista. Y tú, niño, será llamado profeta del Altísimo, le dice. Zacarías había esperado toda su vida para que llegara ese niño.
• Por fin, en su vejez, había tenido un hijo. Zacarías seguramente tuvo sueños para él. Podría haber deseado que se convirtiera en un sacerdote como su papá. Podría haber soñado con que tuviera alguna otra carrera. Pero Dios lo había llamado a su servicio, y Zacarías aceptó ese llamado de Dios sobre la vida de su hijo.
• ¿Le has entregado al Señor tus sueños para tus hijos e hijas? Si Dios llamara a uno de ellos a su servicio, ¿lo resistirías? ¿O estarías dispuesto a entregarle a Dios para su servicio lo que él te ha entregado a ti? Zacarías estaba dispuesto a entregar a su hijo al Señor porque reconoció la gloria de la luz que él anunciaba.
• Esa luz es como un amanecer, como una aurora que viene del cielo. Después de una noche oscura, ¡qué hermoso es ver los primeros rayos del sol! Así es la venida del Salvador.
• Vivimos en la oscuridad del pecado y de sus consecuencias. Por eso, Jesús vino para dar a Su pueblo el conocimiento de la salvación por el perdón de sus pecados. El pecado es una sombra que tapa la luz de Dios. Nos hace culpables. Nos aleja de Dios. Nos separa de los demás. Cuando ese pecado se quita, podemos caminar en la luz.
• En lugar de andar en la sombra de la muerte, caminemos en la luz de la vida. La única cosa que nos ata a la oscuridad es nuestra propia voluntad. Cuando queremos aferrarnos al pecado porque nos gusta o porque no podemos imaginar una vida sin ella, permanecemos en la oscuridad. Sólo podemos salir a la luz si estamos dispuestos a dejar el pecado atrás.
• No sé cuál será el pecado que más te atrae. Sé cuáles son mis debilidades, y estoy seguro de que tú también las tienes. Pero Jesús vino para alumbrarnos como el sol. Vino para guiar nuestros pasos por el camino de paz, para que andemos de día.
• Quiero que imagines, por un momento, que tu vida es una película de acción. Tienes que huir de unos enemigos que te quieren matar. Te escondes entre las sombras de los callejones, buscando pasar desapercibido. De repente, llega un helicóptero con una fuerte luz que alumbra los rincones del callejón donde te escondes.
• Tienes que tomar una decisión. ¿Saldrás a la luz para que te rescaten, o te esconderás pensando que es una nave enemiga? Tienes que decidir. Tomarás esa decisión en base a lo que crees acerca del piloto del helicóptero. Si crees que es un amigo, saldrás para que te rescate.
• De la misma forma, Jesús viene para alumbrarte con su luz. Tienes que decidir si estás dispuesto a dejar atrás la oscuridad porque entiendes que viene para salvarte, o si te seguirás escondiendo entre las sombras porque realmente no crees que él te hará bien.
• Dios ha venido a visitarnos. En la Navidad, Jesús vino para traernos libertad y luz. ¿Vivirás en su libertad? ¿Caminarás en su luz? No desperdicies la oportunidad, porque Dios también ofrece visitarte hoy a ti. Recibe su visita, e invítale a quedar para siempre como dueño de tu corazón.