El rapto y la resurrección

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• Todavía recuerdo mi primera visita a un cementerio. En Lima, donde mi crie, los muertos son enterrados en bóvedas que parecen departamentos para los difuntos. Debido a la falta de espacio, en lugar de poner el ataúd bajo tierra, se hacen construcciones donde muchos muertos ocupan el mismo pedazo de terreno.
• No sé cuántos años tendría – quizás nueve o diez – pero me pareció muy extraño ese lugar. Llegué a preguntarme: ¿qué será de toda esta gente? ¿Qué les pasará? Habían vivido – se habían casado, habían tenido hijos, habían trabajado – pero todo eso se terminó. ¿Qué sería de su futuro?
• Quizás tú mismo te hayas hecho esta pregunta. ¿Qué pasará con los muertos? ¿Es la muerte el final de la historia? ¿Existe alguna esperanza para nosotros y para nuestros seres queridos? La Biblia tiene la respuesta a nuestras preguntas. Dios nos ha dicho aquí todo lo que tenemos que saber.
• La semana pasada comenzamos un estudio del libro de 2 Tesalonicenses. Hablamos sobre la segunda venida de Cristo. Cuando me levanto por la mañana y recuerdo que Jesús podría regresar hoy, mi vida cobra sentido. Pero ¿cómo será esa venida? Vamos a regresar a la primera carta que escribió Pablo a los tesalonicenses para ver lo que nos dice. Leamos 1 Tesalonicenses 4:13-18.
• Hermanos, no queremos que ignoren lo que va a pasar con los que ya han muerto, para que no se entristezcan como esos otros que no tienen esperanza. 14 ¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él. 15 Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto. 16 El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre. 18 Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras. (NVI)
• Lo que describe este pasaje se conoce comúnmente como el rapto o el arrebatamiento de la iglesia. ¿Por qué nos cuenta Dios cómo será el rapto? No es para satisfacer nuestra curiosidad acerca del futuro. Aun después de estudiar el pasaje, nos quedan preguntas. Tampoco es para espantarnos. Más bien, es para darnos esperanza. Es para que no vivamos en tristeza, sino con seguridad.
• Hablemos un poco más, entonces, acerca de la esperanza de su venida. La Palabra nos dice que no nos entristecemos como esos otros que no tienen esperanza. Cuando muere otro creyente podemos sentir la tristeza de la separación, pero no la tristeza de la desesperación. Tenemos una esperanza.
• Pero no se trata simplemente de un sentimiento de esperanza. Es una esperanza verdadera, una esperanza segura. Tomemos un ejemplo. Digamos que un hombre, ya anciano, comienza a perder la dentadura. Hablando con sus amigos al respecto, les dice: Por lo menos tengo la esperanza de que me visite el ratoncito de los dientes.
• ¿Cómo tomaríamos ese comentario? De una de dos maneras: o el pobre anciano está delirando, o lo dice en broma. Pero todos sabemos que el ratoncito de los dientes es una fantasía, y cualquier esperanza de que visite a un anciano que pierde los dientes es una esperanza ilusoria.
• Lo triste es que muchas personas guardan este tipo de esperanza falsa acerca de la resurrección. Por ejemplo, poco después de los sucesos del 11 de septiembre, una periodista famosa declaró que Dios había necesitado 4.000 ángeles en el cielo. Fue un sentimiento bonito, pero en ningún lugar nos dice la Biblia que todos los muertos se convierten en ángeles.
• Nuestra esperanza está segura, porque se basa en la muerte y la resurrección de Jesús. Así lo declara el verso 14. Jesús murió y resucitó. Son realidades históricas, con testigos y pruebas. Es gracias a la muerte y la resurrección de Jesús que tenemos la esperanza segura de que también resucitaremos.
• ¿Cuándo sucederá esto? Para todo el que se entrega a Cristo, sucederá en su segunda venida. Este pasaje nos da los siguientes detalles de su venida. Primeramente, el Señor mismo descenderá del cielo. No será otro; Jesús mismo volverá físicamente, así como se fue al cielo.
• Su llegada será acompañada por una voz de mando, el grito de un arcángel y la trompeta de Dios. Será la llegada de un personaje de gran importancia, y se anunciará como tal. Cuando Jesús llegó al mundo por primera vez, muy poca gente se dio cuenta. Pasó casi desapercibido; simplemente otro bebé de una joven de rancho que nació una noche cualquiera.
• Cuando él regrese, será muy diferente. Todo el mundo se dará cuenta. Se anunciará a toda voz. En otro pasaje se nos dice que todo ojo lo verá. No será ningún secreto. La segunda cosa que sucederá cuando Jesús regrese es que los que han muerto en Cristo resucitarán. No todos los muertos resucitarán en ese momento; Apocalipsis 20 nos dice que esta es la primera resurrección.
• En el momento del rapto, sólo los que se hayan entregado a Cristo, los que hayan muerto confiando en él, resucitarán. La resurrección segunda vendrá después, cuando todos los muertos resucitarán para ser juzgados.
• En tercer lugar, cuando Jesús regrese, todos los creyentes que estén vivos en ese momento serán transformados. Sin tener que atravesar la muerte, sus cuerpos serán glorificados y serán semejantes al cuerpo resucitado de Jesús. Entonces el cuarto paso será que todos los creyentes estaremos con el Señor para siempre.
• Vendrán más cosas después; esto lo veremos en las próximas semanas. Pero lo importante es esto. Si vives en Cristo, o si mueres en Cristo, no importa; cuando él regrese, irás para estar con él para siempre. Los demás detalles pasan a segundo término cuando entendemos que estaremos con él.
• Muchos se preguntan si el rapto de la iglesia sucederá antes o después de la gran tribulación que viene sobre la tierra. Algunas personas creen que sucederá antes de la gran tribulación. A mí me encantaría que así fuera. Pero hay una palabra en este pasaje que me hace pensar que será después de la gran tribulación.
• En el verso 17, cuando el apóstol dice que seremos arrebatados para encontrarnos con el Señor en el aire o para recibir al Señor en el aire, se emplea una expresión inusual en el idioma original. Esta expresión se refiere a la siguiente situación. Cuando una eminencia llegaba de visita a un pueblo, la costumbre era que saliera un contingente de los ciudadanos más ilustres para recibirlo y acompañarlo de regreso a la ciudad.
• Vemos lo mismo ahora. Si el presidente llega de visita a un pueblo, no se baja solo de su avión para entrar solo al aeropuerto. Siempre hay un comité que sale para recibirlo y lo acompaña de regreso. La expresión que se usa en este pasaje se refiere a la misma situación. Nosotros los creyentes somos el comité de bienvenida que sale para recibir a Jesús en su llegada a la tierra.
• Esto implica que lo acompañamos de regreso. No iremos con él a otro lado; más bien, volveremos con él para reinar con él durante el milenio. Así que, según lo que nos indica este pasaje, debemos estar preparados para enfrentar el tiempo de tribulación, sabiendo que al final estaremos para siempre con el Señor.
• ¿Cómo debemos reaccionar a estas cosas? ¿Qué dice el verso 18? Anímense unos a otros con estas palabras. Ya sabemos lo que sucederá con todos los que mueren confiando en Jesucristo. Debemos animarnos unos a otros con esta verdad.
• Esto va mucho más allá de la tibia consolación de la resignación. No sólo tenemos que aceptar que sucedió y seguir con la vida. Podemos tener la gozosa esperanza de volvernos a ver un día. Aunque sintamos la tristeza de no vernos por un tiempo, sabemos que sí nos volveremos a ver. Es más, estaremos juntos siempre en la presencia del Señor.
• Una de las cosas más maravillosas de nuestra fe en Jesucristo es que no sólo da sentido a la vida, sino que da sentido a la muerte también. Para el cristiano, la muerte es sólo un paso más hacia la vida resucitada, la vida en un mundo nuevo donde no habrá enfermedad, muerte ni maldad, un mundo que disfrutaremos con cuerpos resucitados y renovados.
• Hermano, hermana, vive con la esperanza del rapto y la resurrección. Y si todavía no conoces a Cristo, él te invita hoy a que lo conozcas. No te vayas de aquí sin hablar con alguien que pueda orar contigo y decirte cómo conocer a Jesús.