October 19th, 2025

No hagas un mal negocio

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• En 1626, el holandés Peter Minuit hizo una de las compras más famosas de la historia. A cambio de artículos con un valor actual de aproximadamente mil dólares, compró de los indígenas lenape la isla de Manhattan. Esta isla hoy tiene un valor aproximado de 1,2 billones – es decir, más de un millón de millones de dólares.
• Los indígenas probablemente creían que les estaban dando a los europeos permiso para usar la isla. No tenían un concepto de propiedad de las tierras. En todo caso, la venta de la isla de Manhattan por tan poco dinero se cita como un mal negocio.
• Podemos reírnos de la inocencia de los indígenas que cambiaron algo tan valioso por tan poco. Sin embargo, corremos el peligro de hacer lo mismo. Cada día, el enemigo nos tienta a cambiar lo valioso por lo vano. Nos quiere atrapar en un mal negocio.
• Dios nos habla de esto en Tito 3:8-10. Este mensaje es digno de confianza y quiero que lo recalques, para que los que han creído en Dios se empeñen en hacer buenas obras. Esto es excelente y provechoso para todos.
• 9 Evita las necias controversias y genealogías, las discusiones y peleas sobre la Ley, porque carecen de provecho y de sentido. 10 Al que cause divisiones, amonéstalo dos veces y después evítalo. (NVI)
• El apóstol Pablo le escribe a Tito, su ayudante que se ha quedado en la isla de Creta para poner las iglesias en orden. Primero, le muestra lo que es valioso. Luego, le dice que no lo cambie por lo vano. Este mensaje es para nosotros también. Vamos a considerar estas cosas una por una.
• Primero, pon atención en lo que valioso, lo que vale la pena. Pablo escribe, Este mensaje es digno de confianza y quiero que lo recalques. ¿A qué mensaje se refiere? Se refiere al mensaje del evangelio. Lo describe en los versículos que vienen justo antes.
• El mensaje del evangelio es el mensaje de la gracia de Dios que el derramó sobre nosotros en Cristo Jesús. En otro lugar, Pablo lo describe como un tesoro. Vale más que el oro. El precio del oro hoy está batiendo récord. Sin embargo, si tuviéramos todo el oro del mundo, no se acercaría al valor del evangelio.
• ¿Por qué vale tanto el evangelio? Porque por medio del evangelio recibimos la vida eterna y el perdón de Dios. Por medio del evangelio tenemos la seguridad de que Dios nos ayudará a superar nuestro pasado. Por medio del evangelio conocemos el amor de Dios ahora. Por medio del evangelio tenemos un destino seguro para la eternidad.
• No podríamos comprar nada de eso con el dinero. Podrías tener todo el dinero del mundo. Sin embargo, cuando llegues a la puerta del cielo, no podrás comprar con ese dinero un boleto de entrada. Ese dinero ni siquiera te comprará la paz ahora. Te podrá comprar diversión y seguridad pasajera, pero no llenará tu corazón.
• Por eso, atesora el precioso regalo del evangelio. Medita en el amor que Dios te ha mostrado. Recuerda todo lo que te ha perdonado. Contempla la vida que él te está preparando. Considera el amor de Cristo. ¿Quién más ha dado la vida por ti?
• Cuando ponemos atención en lo valioso, hay buenos resultados en nuestras vidas. Dice, Para que los que han creído en Dios se empeñen en hacer buenas obras. El evangelio nos motiva a hacer el bien. Nos motiva a perdonar como hemos sido perdonados. Nos motiva a ser honestos e íntegros. Nos motiva a dar y a ayudar.
• El evangelio, cuando lo atesoramos, paga réditos en nuestra vida. Trae resultados buenos. El oro, aunque conserva su valor, no paga ningún interés. Hay otras inversiones que rinden más. Las acciones muchas veces pagan dividendos. Una casa que se alquila es rentable. La inversión que más rinde es el evangelio. Cuando vives en comunión con Dios, trae beneficios eternos.
• Por eso, el enemigo constantemente tratará de distraerte con baratijas. Si quieres poner atención en lo valioso, también tienes que evitar lo vano. El pasaje que leímos se refiere a esto cuando dice, Evita las necias controversias y genealogías, las discusiones y peleas sobre la Ley, porque carecen de provecho y de sentido.
• Hay asuntos y discusiones que no llevan a nada bueno. En el día del apóstol Pablo, los conflictos nacían de cuestiones relacionadas con el Antiguo Testamento. Algunas personas encontraban supuestas cosas secretas ocultas en las genealogías, mientras otros seguían discutiendo cuestiones de los alimentos o el sábado que Jesús ya había resuelto.
• Estas discusiones se siguen presentando hasta el día de hoy. Si alguien se presenta para decirte que hay cosas escondidas en la Biblia que tú no sabías, ten cuidado. El mensaje de la Biblia es claro. No es un misterio. No te pierdas en discusiones sin provecho, porque así pierdes de vista lo que realmente importa.
• Alguien me contó una vez de una iglesia a la que habían asistido. Un día, toda la iglesia se puso a discutir sobre la historia de Jonás. Se pelearon porque algunos decían que fue un gran pez el que se tragó a Jonás, y otros que fue una ballena. ¡Por eso discutían!
• En realidad, no importa si lo que se tragó a Jonás fue un pez o una ballena. Lo importante es lo que nos enseña la historia de Jonás acerca del amor de Dios para todo el mundo y la importancia de obedecer el llamado de Dios. En la iglesia, no dejemos que lo vano nos robe lo valioso.
• En las ciudades grandes, los carteristas usan una estrategia para robar los bolsos y las billeteras. Producen una distracción. Por ejemplo, alguien podría tropezar y tomarte del brazo. Mientras tratas de ayudarle a incorporarse, su cómplice te está quitando la billetera del bolsillo.
• Esto es lo que hace el enemigo. Nos trata de distraer con cosas que realmente no valen la pena. Nos distrae con discusiones y pleitos, con controversias necias, cuando el mundo se está muriendo sin Cristo. Así logra quitarnos lo valioso mientras nos enfocamos en lo vano.
• Hermanos, atesoremos como iglesia el tesoro del evangelio. Si hay conflictos, busquemos la resolución. No dejemos que las controversias sobre necedades nos distraigan. Unámonos para vivir por el evangelio, celebrar el evangelio y llevar el evangelio a quienes no lo conocen.
• El enemigo no sólo emplea esta estrategia en la iglesia. También lo hace en nuestras familias. El mundo nos ofrece muchas distracciones y entretenimientos. No son malos. Simplemente no tienen valor trascendente. Sirven para distraerte y relajarte un rato.
• Si tú cambias esas cosas por el tesoro espiritual que Dios ofrece a tu familia, haces un mal negocio. Si abandonas la cena familiar porque todos están ocupados con la tele y el celular y los videojuegos, has cambiado lo valioso por lo vano. No te digo que tires la tele y el celular y los videojuegos, aunque sinceramente podría ser una buena idea.
• Pero el tesoro de la vida está en los momentos reales, los momentos de conversación y oración y debate. Es en esos momentos que puedes discipular a tus hijos. Es en esos momentos que crece el amor de familia. Es también en esos momentos que puedes compartir la Palabra. No dejes que lo vano te robe lo valioso de tu vida familiar.
• De la misma manera, el enemigo quiere trabajar en tu vida para hacerte cambiar lo valioso por lo vano. Hace algunas semanas, lancé el reto a todos de que leyéramos el Nuevo Testamento capítulo por capítulo, un capítulo al día. No voy a preguntar cuántos lo están haciendo, porque no lo hacemos por reconocimiento humano, sino para Dios.
• Les contaré de mi experiencia personal. Desde hace años, tengo la costumbre de leer la Biblia cuando me levanto por la mañana. Con este nuevo reto de leer el Nuevo Testamento, había comenzado también a leer un capítulo por la noche. Me comencé a dar cuenta de que el enemigo hacía todo lo posible para que no leyera.
• Me sentía cansado, o llegaba a casa muy tarde. Me decía a mí mismo que mejor iba a ver un poco de televisión para relajarme. Había noches cuando no leía la Biblia. Sin embargo, lo que descubro es esto. Cuando lo hago, me siento mucho mejor. Descanso bien. No tengo sueños pesados. El enemigo me quiere robar esa bendición.
• Por eso, te animo a cuidar lo valioso. Cuida tu vida espiritual. El enemigo tratará de lograr que faltes a la iglesia. Tratará de lograr que dejes de leer la Palabra. Te dirá que la oración es una pérdida de tiempo, cuando es imprescindible para usarlo bien.
• Por medio del evangelio hemos recibido algo incalculablemente valioso. Hemos recibido la reconciliación con Dios y la vida eterna. Tenemos paz, gozo y esperanza ahora, y el cielo después. No cambiemos ese tesoro tan valioso por algo vano.