El puente a tu propósito• Un día, decidí tomar un atajo. Me metí a una terracería para cortar camino, pero pronto me di cuenta de que algo no estaba bien. Las lluvias habían convertido el camino en lodo. Dentro de poco llegué a una sección inundada. Tendría que regresar por donde vine. Al tratar de retroceder, sin embargo, me quedé atorado en el lodo. Tuve que llamar a alguien para sacar el carro del atasco. Ese día no llegué a mi destino.
• ¿Alguna vez te has sentido así en la vida? Quieres alcanzar tu propósito. Quieres lograr algo en la vida, pero el camino parece estar tapado. ¿Cuál es el puente a nuestro propósito? ¿Cómo podemos llegar al destino que Dios tiene preparado para nosotros? El puente a nuestro propósito es la fidelidad de Dios. • La canción dice: Sé que es tu fidelidad que lleva mi vida más allá de lo que pueda imaginar… Vemos cómo se realiza esta verdad en una historia de la vida de Abraham, el hombre de fe. Quiero contarte la historia, y luego sacaremos algunas conclusiones para nuestras vidas. • Abraham había llegado a viejo, y el Señor lo había bendecido de muchas maneras. Sólo faltaba una cosa. Su hijo Isaac, el hijo de la promesa, no se había casado. Abraham llamó a su criado de más confianza. Bajo juramento, le encargó que buscara a una mujer para Isaac. No debía ser de las mujeres de Canaán, donde vivían. Tenía que ser de su familia extendida. • El siervo quería saber qué hacer si encontraba a una mujer que no quería regresar con él. ¿Debía llevar a Isaac a donde estaba ella? De ninguna manera, le contestó Abraham. Dios los había llamado a esa tierra, y allí tenían que quedarse. Si encontraba a una mujer que no lo quería acompañar, quedaría libre de su juramento. • El siervo salió, con diez camellos cargados de provisiones y de toda clase de regalos. Llegó a la ciudad de Najor, donde vivían familiares de Abraham. En las afueras de la ciudad había un pozo. Allí el siervo hizo que se arrodillaran sus camellos y comenzó a orar. El siervo le pidió a Dios que le diera una señal. Si llegaba una joven a sacar agua y le ofrecía agua a él y también a sus camellos, esa sería la mujer indicada para Isaac. • Ni había dicho amén cuando llegó Rebeca, prima lejana de Isaac. Era una jovencita muy hermosa. Ella bajó a llenar su cántaro de la fuente y se iba a ir cuando el siervo de Abraham le preguntó: ¿Me podrías dar un poco de agua? La joven le ofreció agua y, cuando había terminado de beber, le dijo: Voy a sacar agua también para que beban sus camellos. • Cuando había terminado de sacar el agua para los diez camellos, el siervo de Abraham sacó de su equipaje un anillo de oro y se la puso en la nariz. También le dio dos pulseras de oro. Después le preguntó quién era su familia y si podría hospedarse aquella noche con ellos. • La joven le dijo quiénes eran sus familiares y lo invitó a quedarse en la casa de sus padres. Ahora quiero que leamos textualmente lo que hizo el siervo de Abraham, porque es la clave para entender toda esta historia. Se encuentra en Génesis 24:26-27, que dice así: Entonces el criado de Abraham se arrodilló y postrado ante el Señor dijo: «Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, que no ha dejado de manifestarle su amor y fidelidad, y a mí me ha guiado a la casa de sus parientes». Esta historia es un relato de la fidelidad de Dios. • Cuando Rebeca llegó a casa, su hermano Labán se fijó en el anillo y las pulseras y salió a buscar al criado. Lo invitó a entrar a la casa y a cenar con ellos. El criado insistió, antes de cenar, en contarles toda la historia de lo que Dios había hecho por él. Les contó del encargo de Abraham, de su oración en la fuente y de cómo Dios la había contestado. • Después de relatar todo lo que Dios había hecho, les preguntó si estaban dispuestos a dejar que Rebeca regresara con él para casarse con Isaac. El hermano y el padre de Rebeca le dijeron que sí, porque estaban convencidos de que esto venía del Señor. Entonces el siervo sacó más regalos y se los entregó, y se pusieron a comer. • Al día siguiente, el criado de Abraham les dijo que ya quería salir de regreso a casa. Pero el hermano y la madre de Rebeca les pidieron que se quedaran unos días más. Entonces le preguntaron a Rebeca qué quería hacer ella, y respondió que estaba dispuesta a irse. Con una bendición, la enviaron con el criado de Abraham. • Cuando iban llegando a donde vivían Abraham y su familia, se encontraron con Isaac en el campo. Rebeca se bajó del camello que montaba y le preguntó al criado: ¿Quién es ese hombre? El criado le contestó que era su amo Isaac. Entonces ella se cubrió con el velo, porque era lo correcto hasta que se casaran. • El criado le contó a Isaac todo lo que había pasado. Isaac se casó con Rebeca y se la llevó a vivir a la carpa donde había vivido su difunta madre Sara. Isaac amó a Rebeca. Por medio de ella fue consolado por la muerte de su madre. En medio del dolor, Dios mostró su fidelidad. • A lo largo de esta historia vemos el reflejo de la fe de Abraham y la fidelidad de Dios. La Biblia dice de Abraham: Abram creyó al Señor y el Señor se lo reconoció como justicia. (Génesis 15:6) Abraham tuvo fe en Dios, y Dios fue fiel a Abraham. Al igual que Abraham, nosotros somos justos ante Dios cuando creemos en él y en Jesús, su Hijo y nuestro Salvador. • Abraham mostró su fe en Dios al escoger una esposa para su hijo Isaac. No quería que Isaac se casara con una de las mujeres cananeas que lo rodeaban. Ellas adoraban a dioses falsos. Abraham quería que el corazón de Isaac se mantuviera fiel a Dios. Por eso, envió a su criado a buscarle una esposa que fuera fiel al Dios verdadero. • Hoy en día no decidimos con quiénes se casarán nuestros hijos. ¡A veces ni nos piden permiso! Sin embargo, podemos tener el mismo deseo que tuviera Abraham de que nuestros hijos se mantengan fieles a Dios. Oremos por su pareja futura. Demos buenos consejos y enseñemos a nuestros hijos a buscar a una persona que comparta su fe en Jesús. No podemos escoger a su pareja, pero sí podemos influenciar las decisiones que toman. • Del mismo modo, podemos ver en esta historia la fidelidad de Isaac. Él tuvo cuarenta años cuando se casó con Rebeca. Había esperado mucho tiempo para casarse, y amó profundamente a su esposa. Encontró alegría en su matrimonio porque había esperado para casarse con la mujer que Dios tenía preparada para él. • Conforme más mujeres tiene un hombre, menos las ama de verdad. El verdadero amor es fiel. El verdadero amor espera el tiempo de Dios. La fidelidad en el matrimonio es un reflejo de la fidelidad de Dios hacia nosotros. La fidelidad es una fuente de bendición. • También vemos que la fe de Abraham se reflejó en las acciones de su siervo. Él había aprendido a confiar en el Dios de su amo. ¿Influenciamos nosotros así a las personas que nos rodean? ¿Aprenden de nosotros a confiar en nuestro Dios? ¿O dejamos que nos influencien para mal? • Este siervo confiaba en Dios, y Dios iba delante de él para prepararle el camino. No fue casualidad que Rebeca llegara en ese momento a sacar agua. No fue casualidad que ella respondiera como lo hizo. No fue casualidad, porque Dios lo había preparado todo. • Cuando caminamos por la fe en él, hace lo mismo por nosotros. Prepara las cosas de tal modo que todo se acomoda. Responde a nuestras oraciones. Observa cómo oró el siervo de Abraham: «Señor, Dios de mi amo Abraham, te ruego que hoy me vaya bien y demuestres el amor que le tienes a mi amo. 13 Aquí me tienes, a la espera junto a la fuente, mientras las jóvenes de esta ciudad vienen a sacar agua. 14 Permite que la joven a quien le diga: “Por favor, baje usted su cántaro para que tome yo un poco de agua”, y me conteste: “Tome usted y además daré agua a sus camellos”, sea la que tú has elegido para tu siervo Isaac. Así estaré seguro de que tú has demostrado el amor que le tienes a mi amo». (Génesis 24:12-14) • Su oración fue muy sencilla. Oró de corazón. Así también quiere Dios que hablemos con él. No tenemos que hacer oraciones largas y espectaculares. Sólo tenemos que expresarle nuestro corazón a Dios con fe, en el nombre de Jesús. Cuando oramos, Dios nos dará la sabiduría para entender si debemos perseverar frente a una prueba o si debemos buscar otro camino. Lo importante es siempre estar en comunicación con Dios en oración. • Rebeca también tuvo fe. La Biblia dice que ella dejó su casa y fue al lugar a donde Dios la había llamado. Es lo mismo que había hecho Abraham cuando Dios lo llamó. En otras palabras, Rebeca demostró la misma fe que había mostrado Abraham. En este detalle, Dios nos muestra que la fe es para todos, hombres y mujeres. Honró la fe de Rebeca como había honrado la fe de Abraham. Dios es fiel con todos. • Dios nos ha hablado hoy acerca de su fidelidad y nuestra respuesta de fe. Dios es fiel. Nos ha mostrado su fidelidad a lo largo de la historia. Sobre todo, nos mostró que él es fiel cumpliendo su promesa de enviar un Salvador, su Hijo Jesús. ¿Cómo has respondido a la fidelidad de Dios? ¿Confías en él como lo hicieron Abraham, su siervo y Rebeca? ¿Has puesto tu fe en Jesús? • Dios siempre es fiel. Su fidelidad es el puente seguro a nuestro destino. Para caminar por ese puente de fidelidad, vivamos por la fe en nuestro Dios.
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