• Hace poco, asistí a una boda. El pastor y la pareja habían escogido un texto algo inusual para la boda. Se trata de Eclesiastés 4:12: Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente! El pastor enseñó que los tres hilos fuertes en cualquier matrimonio son el hombre, la mujer y Jesús.
• La unidad es algo hermoso y poderoso, tal como ese pasaje lo demuestra. Sin embargo, como seres humanos, nos parecemos más al agua y el aceite que a una cuerda de varios hilos. Constantemente nos separamos. Nuestro país parece más polarizado que nunca. Las familias se están desmoronando. Las amistades duraderas son difíciles de encontrar. • ¿Qué nos puede unir de verdad? Sólo hay uno que lo puede hacer. Es Jesús, mediante su obra en la cruz. Sólo cuando entendemos lo que Cristo hizo en la cruz y nos entregamos al Jesús que murió en la cruz podemos estar unidos con Dios y con los demás. La familia con Cristo al centro será fuerte. La iglesia con Cristo al centro será fuerte. Sólo Jesús nos puede unir. • Debido a lo que Jesús hizo en la cruz, han sucedido dos cosas importantes. La primera es que Jesús nos ha restaurado a la relación con Dios. En el principio, Dios nos creó para vivir en comunión con él. Él nos hizo para adorarlo y disfrutarlo y para reflejar su gloria en la tierra. Pero pecamos. Lo desobedecimos. Esa desobediencia destrozó nuestra comunión con él. • Esto es algo muy serio. Dios es la fuente misma de la vida. Él es la fuente de todo lo bueno. Nuestro pecado es como una rama que se corta a sí misma del tronco que la sostiene. Es como un pajarito que salta de su nido. Separados de Dios sólo hay muerte. • Por eso vino Jesús. Al final de un largo proceso de preparación que se describe en el Antiguo Testamento, Jesús vino a acercarnos a Dios, a sus promesas, a su esperanza y a su vida. Efesios 2:13 dice: Pero ahora en Cristo Jesús, a ustedes que antes estaban lejos, Dios los ha acercado mediante la sangre de Cristo. • Aparte de Jesús, no tenemos esperanza. No podemos esperar nada bueno de Dios. No tenemos ningún derecho sobre sus promesas ni somos miembros de su pueblo. Pero Jesús nos ha acercado a Dios. Él nos ha atraído a través de su sangre. La sangre que Jesús derramó en la cruz es el medio por el cual nos reconciliamos con Dios. • Algunos piensan que Jesús simplemente vino a darnos un mejor ejemplo. Otros piensan que solo vino a enseñarnos la verdad. Ambas cosas son ciertas, por supuesto. Jesús es el mejor ejemplo que podríamos tener. Sus enseñanzas son las mejores. • Pero nuestro problema va más allá de tener malos ejemplos o maestros imperfectos. Nuestro problema es la culpa de nuestro pecado. La Biblia presenta el pecado como una contaminación. Durante los tiempos del Antiguo Testamento, la sangre de los animales se rociaba sobre el altar del sacrificio. Dios nos estaba enseñando a pensar en el pecado como una suciedad que solo podía ser eliminada por la sangre. • Todos esos sacrificios de animales nunca podrían limpiar a nadie de forma permanente. Eran solo una medida temporal hasta que llegara el sacrificio perfecto. Solo la sangre de Jesús, la sangre de Dios el Hijo que se hizo hombre, tiene poder para limpiar nuestra culpa y cubrir nuestra vergüenza. • Gracias a la cruz donde Jesús derramó su sangre, podemos ser reconciliados con Dios. Cuando confiamos en Cristo por fe, su sangre nos limpia de todos nuestros pecados. Si no has sido perdonado por la fe en la sangre de Jesús, por favor no te vayas de aquí hoy sin hablar con alguien sobre cómo lo puedes hacer. • En la cruz donde derramó su sangre, Jesús abrió un camino para reconciliarnos con Dios. Vamos por ese camino cuando nos arrepentimos de nuestro pecado y confiamos en lo que Jesús ha hecho. Ahora bien, la segunda cosa que Jesús ha hecho en la cruz es que nos ha reconciliado unos con otros. • Cuando Pablo escribió la carta a los Efesios, estaba en la cárcel. Estaba en la cárcel a causa de un muro. En el templo de Jerusalén había un muro que dividía el área donde los judíos podían entrar de los atrios de los gentiles. Los gentiles podían llegar hasta los patios exteriores, pero había letreros que les advertían que corrían el riesgo de morir si entraban más allá. De hecho, los arqueólogos han descubierto un par de estos letreros. • Mientras Pablo estaba en Jerusalén, alguien lo vio caminando con uno de sus amigos que era gentil. Se imaginaron que Pablo había llevado a su amigo más allá de la pared divisoria hacia la parte prohibida del templo, y armaron un escándalo. Pablo no había hecho nada malo, pero fue arrestado. Mientras estaba en la cárcel bajo arresto a causa de ese muro, escribió estas palabras: Porque Cristo es nuestra paz: de los dos pueblos ha hecho uno solo, derribando mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba. (Efesios 2:14) • Pablo se dio cuenta de que Jesús había derribado ese muro. Debido a lo que hizo en la cruz, ahora no hay distinción entre judíos y gentiles cuando se trata de acercarse a Dios. Todos somos iguales ante él. La cruz es la única forma de acercarse a Dios, y es también el lugar donde nos reconciliamos unos con otros. Cada muro que los seres humanos construimos se derriba en la cruz. • Jesús mismo es nuestra paz. No solo hizo la paz. Él personalmente es nuestra paz. A medida que crecemos en relación con Jesús, aprendemos a vivir en paz y unidad unos con otros. Llamarnos cristianos no nos unirá, pero conocer y amar verdaderamente a Jesús sí lo hará. Cuanto más nos parecemos a él, más nos acercamos a otros que lo hacen. • La única manera de estar verdaderamente unidos como familia y como iglesia es acercarse cada vez más a Jesús. Él es nuestra única paz. Sólo él derriba los muros para traer unidad. • Por favor, no vayas a pensar que me refiero a colgar una cruz en la sala y pensar que eso nos unirá. La cruz nos une cuando somos transformados por lo que Jesús hizo allí por nosotros. La cruz nos hace humildes. Pablo escribió: La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, y luego describió esa actitud: se rebajó voluntariamente. (Filipenses 2:5, 7) • Jesús, siendo Dios, se rebajó hasta hacerse hombre y morir por nosotros en la cruz. Cuando entendemos lo que eso significa, nos vemos obligados a dejar nuestro orgullo y estar dispuestos a servir a los demás. Si tú sólo buscas tu propio bienestar y no te interesas por nadie más, no conoces a Jesús. No has entendido lo que significa la cruz. • La cruz también nos impulsa a perdonar. Si Jesús nos ha perdonado con su muerte en la cruz, tenemos que buscar el perdón y la reconciliación con los demás. Tenemos que estar dispuestos a perdonar en lugar de buscar venganza. Tenemos que buscar la reconciliación. • La cruz nos llama a una vida de pureza y santidad. El apóstol Pablo habla de los que son enemigos de la cruz: Como he dicho a menudo, y ahora lo repito hasta con lágrimas, muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo. Su destino es la destrucción, su dios es el estómago y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Solo piensan en lo terrenal. (Filipenses 3:18-19) • Al enemigo de la cruz le interesa más satisfacer sus propios deseos que complacer a Dios. Presume de lo que debería darle vergüenza – el pecado sexual, la deshonestidad, la violencia. Pero Dios deja muy claro que el destino de los que rechazan la cruz es la destrucción. • El amor que Dios nos ofrece en la cruz nos llama a una vida de obediencia, de pureza, de honestidad, de dominio propio. Cuando comprendemos lo que Jesús hizo en la cruz, nuestro carácter es transformado por el poder del Espíritu. Esto nos permite vivir en unión con otros. • Si te das cuenta, la cruz consiste en dos rayos. Uno de ellos es vertical. Esto representa el hecho de que Jesús nos reconcilia con Dios en la cruz. Dime: ¿te has reconciliado con Dios? ¿Te has arrepentido de corazón y has puesto tu confianza en Jesús? Puedes hacerlo hoy. • El otro rayo es horizontal. Representa el hecho de que Jesús nos reconcilia con los demás. Cuando vivimos transformados por lo que Jesús hizo en la cruz, podemos estar realmente unidos a nuestros hermanos. Sólo la humildad, el perdón y la pureza que nos enseña la cruz nos pueden unir de verdad. ¿Te ha transformado la cruz?
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