El salario pastoral
F. nos ha hecho la siguiente pregunta: ¿Debe el pastor recibir salario por su trabajo?
Respuesta:
Han surgido varios grupos que enseñan que el pastor o trabajador de tiempo completo no debe recibir ningún salario. Sin embargo, la Biblia misma es muy clara en cuanto al salario del pastor. Cuando Jesús envió a sus discípulos a predicar, les dijo que no llevaran nada consigo, porque el trabajador es digno de su salario (Lucas 10:7 y Mateo 10:10). Jesús mismo vivía sostenido por las ofrendas de otros (Lucas 8:1-3). Este mismo principio se repite vez tras vez en el Nuevo Testamento. Pablo declaró en 1 Corintios 9:14: Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. Si leemos el contexto de este verso, queda claro que él se refiere aquí al sostén económico. Igualmente, en Gálatas 6:6 dice: El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye. La tarea principal del pastor es enseñar al pueblo, y aquí queda claro que la congregación tiene la responsabilidad de compartir toda cosa buena con su pastor. También se puede considerar 1 Timoteo 5:17-18, donde la palabra "honor" también tiene el significado de "salario".
Queda claro, entonces, que las congregaciones bíblicas tienen la responsabilidad de apoyar económicamente a su pastor. Aquí debemos agregar algunas observaciones. En primer lugar, la perspectiva bíblica no es que el pastor es un trabajador como cualquier otro, que simplemente escoge el ministerio entre muchas otras alternativas para su carrera. El ministerio es un llamado, y el sostén económico de la iglesia permite al pastor responder plenamente al llamado y dedicarse a cumplirlo. No es un trabajo común y corriente, ni es el pastor simplemente un empleado de la iglesia. El llamado es primero. La segunda cosa es que el ministerio no es para enriquecerse. 1 Pedro 5:2 lo aclara; note que el verso no dice que el pastor o anciano no debe recibir dinero, sino que no debe ser avaro o trabajar motivado por las riquezas. Un principio útil es que el pastor debe vivir más o menos al nivel de su congregación, o de las personas dentro de su congregación que tengan su mismo nivel de preparación académica. Si la congregación le paga menos al pastor de lo que gana el miembro promedio (suponiendo una congregación de suficiente tamaño), los miembros no están compartiendo con su pastor como lo enseña Gálatas 6:6. En cambio, si él gana mucho más que la congregación, el pastor corre el peligro de convertir el ministerio en una forma de enriquecimiento personal y ser un asalariado. Dicho sea de paso que, cuando Jesús habla del asalariado (Juan 10:12-13) no se dirige al sostén de la persona (recuerde que él mismo fue sostenido por otros), sino a la motivación de la persona. El asalariado que Jesús menciona es la persona que ministra motivado por el dinero, no por el llamado. También debemos mencionar que hay muchos pastores cuyas congregaciones son incapaces de sostenerlos, y que tienen que trabajar secularmente para sostener a sus familias. Esto es digno de respeto, y el apóstol Pablo hizo lo mismo cuando le era necesario. Sin embargo, la meta de cada congregación deberá ser sostener adecuadamente a su pastor, para que él se pueda dedicar de lleno a su servicio al Señor.
Pastor Tony Hancock
F. nos ha hecho la siguiente pregunta: ¿Debe el pastor recibir salario por su trabajo?
Respuesta:
Han surgido varios grupos que enseñan que el pastor o trabajador de tiempo completo no debe recibir ningún salario. Sin embargo, la Biblia misma es muy clara en cuanto al salario del pastor. Cuando Jesús envió a sus discípulos a predicar, les dijo que no llevaran nada consigo, porque el trabajador es digno de su salario (Lucas 10:7 y Mateo 10:10). Jesús mismo vivía sostenido por las ofrendas de otros (Lucas 8:1-3). Este mismo principio se repite vez tras vez en el Nuevo Testamento. Pablo declaró en 1 Corintios 9:14: Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. Si leemos el contexto de este verso, queda claro que él se refiere aquí al sostén económico. Igualmente, en Gálatas 6:6 dice: El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye. La tarea principal del pastor es enseñar al pueblo, y aquí queda claro que la congregación tiene la responsabilidad de compartir toda cosa buena con su pastor. También se puede considerar 1 Timoteo 5:17-18, donde la palabra "honor" también tiene el significado de "salario".
Queda claro, entonces, que las congregaciones bíblicas tienen la responsabilidad de apoyar económicamente a su pastor. Aquí debemos agregar algunas observaciones. En primer lugar, la perspectiva bíblica no es que el pastor es un trabajador como cualquier otro, que simplemente escoge el ministerio entre muchas otras alternativas para su carrera. El ministerio es un llamado, y el sostén económico de la iglesia permite al pastor responder plenamente al llamado y dedicarse a cumplirlo. No es un trabajo común y corriente, ni es el pastor simplemente un empleado de la iglesia. El llamado es primero. La segunda cosa es que el ministerio no es para enriquecerse. 1 Pedro 5:2 lo aclara; note que el verso no dice que el pastor o anciano no debe recibir dinero, sino que no debe ser avaro o trabajar motivado por las riquezas. Un principio útil es que el pastor debe vivir más o menos al nivel de su congregación, o de las personas dentro de su congregación que tengan su mismo nivel de preparación académica. Si la congregación le paga menos al pastor de lo que gana el miembro promedio (suponiendo una congregación de suficiente tamaño), los miembros no están compartiendo con su pastor como lo enseña Gálatas 6:6. En cambio, si él gana mucho más que la congregación, el pastor corre el peligro de convertir el ministerio en una forma de enriquecimiento personal y ser un asalariado. Dicho sea de paso que, cuando Jesús habla del asalariado (Juan 10:12-13) no se dirige al sostén de la persona (recuerde que él mismo fue sostenido por otros), sino a la motivación de la persona. El asalariado que Jesús menciona es la persona que ministra motivado por el dinero, no por el llamado. También debemos mencionar que hay muchos pastores cuyas congregaciones son incapaces de sostenerlos, y que tienen que trabajar secularmente para sostener a sus familias. Esto es digno de respeto, y el apóstol Pablo hizo lo mismo cuando le era necesario. Sin embargo, la meta de cada congregación deberá ser sostener adecuadamente a su pastor, para que él se pueda dedicar de lleno a su servicio al Señor.
Pastor Tony Hancock