Atanasio
I. Su vida
Vivió entre 296-373 d.C.
Nació en Alejandría, Egipto, y llegó a ser obispo de Alejandría.
Asistió al Concilio de Nicea en 325 como secretario.
Defendió la fe trinitaria frente a los arrianos, a pesar de sufrir el exilio en varias ocasiones debido a su defensa de la fe bíblica.
Contribuyó al desarrollo del monaquismo (siguiendo a Origenes).
II. Su contribución
Como obispo de Alejandría, defendió la fe ortodoxa definida en Nicea contra los arrianos; en 335 fue quitado de su puesto por el emperador Constantino por rehusarse a tener comunión con los arrianos; en 337 regresó a su puesto tras la muerte de Constantino, pero fue depuesto y exiliado nuevamente de 339 a 346 por el mismo motivo.
Los arrianos usaban el proceder alegórico de Orígenes para insistir en que Cristo era inferior en su esencia al Padre; Atanasio mostró que la exégesis bíblica de los arrianos era defectuosa, y que malinterpretaban a Orígenes.
Atanasio recogió de Orígenes la idea de la generación eterna del Hijo; insistió en que las personas de la Trinidad podían ser separadas por su nombre, pero no por su sustancia o esencia.
Desechó la base filosófica para definir la esencia divina y se basó en la redención; argumentó que sólo Dios podría salvar al hombre, pues sólo Dios tiene la rectitud necesaria para satisfacer su propia justicia. Por este motivo, podríamos ser salvos sólo si Dios mismo se hiciera hombre para salvarnos.
Su debilidad fue que, al poner tanto énfasis sobre la divinidad del logos, pareció negar la existencia del alma humana de Jesús (aunque no lo hizo explícitamente); uno de sus seguidores, Apolinario, sí negó la existencia del alma humana de Jesus, lo cual llevó a la acusación de docetismo (en el caso de Atanasio, sin fundamento).
III. Sus palabras
Solamente en las Sagradas Escrituras se anuncia la instrucción de la religión – a las cuales no agregue ningún hombre, de las cuales no detraiga ningún hombre – las cuales son suficientes en sí mismas para enunciar la verdad. Contra Gentiles I.1
Si el mundo va contra la verdad, entonces Atanasio va contra el mundo.
Si él no se levantó, pero aún esta muerto, ¿cómo es que derrota y persigue y derroca a los dioses falsos, quienes los incrédulos consideran vivos, y a los espíritus malos a quienes adoran? Pues donde se nombre a Cristo, la idolatría se destruye y el fraude de los malos espíritus queda expuesto; de hecho, ningún espíritu tal puede soportar aquel Nombre, pero huye al oírlo. Esta es la obra de Uno que vive, no de un muerto; y, más que eso, es la obra de Dios. Sobre la Encarnación
I. Su vida
Vivió entre 296-373 d.C.
Nació en Alejandría, Egipto, y llegó a ser obispo de Alejandría.
Asistió al Concilio de Nicea en 325 como secretario.
Defendió la fe trinitaria frente a los arrianos, a pesar de sufrir el exilio en varias ocasiones debido a su defensa de la fe bíblica.
Contribuyó al desarrollo del monaquismo (siguiendo a Origenes).
II. Su contribución
Como obispo de Alejandría, defendió la fe ortodoxa definida en Nicea contra los arrianos; en 335 fue quitado de su puesto por el emperador Constantino por rehusarse a tener comunión con los arrianos; en 337 regresó a su puesto tras la muerte de Constantino, pero fue depuesto y exiliado nuevamente de 339 a 346 por el mismo motivo.
Los arrianos usaban el proceder alegórico de Orígenes para insistir en que Cristo era inferior en su esencia al Padre; Atanasio mostró que la exégesis bíblica de los arrianos era defectuosa, y que malinterpretaban a Orígenes.
Atanasio recogió de Orígenes la idea de la generación eterna del Hijo; insistió en que las personas de la Trinidad podían ser separadas por su nombre, pero no por su sustancia o esencia.
Desechó la base filosófica para definir la esencia divina y se basó en la redención; argumentó que sólo Dios podría salvar al hombre, pues sólo Dios tiene la rectitud necesaria para satisfacer su propia justicia. Por este motivo, podríamos ser salvos sólo si Dios mismo se hiciera hombre para salvarnos.
Su debilidad fue que, al poner tanto énfasis sobre la divinidad del logos, pareció negar la existencia del alma humana de Jesús (aunque no lo hizo explícitamente); uno de sus seguidores, Apolinario, sí negó la existencia del alma humana de Jesus, lo cual llevó a la acusación de docetismo (en el caso de Atanasio, sin fundamento).
III. Sus palabras
Solamente en las Sagradas Escrituras se anuncia la instrucción de la religión – a las cuales no agregue ningún hombre, de las cuales no detraiga ningún hombre – las cuales son suficientes en sí mismas para enunciar la verdad. Contra Gentiles I.1
Si el mundo va contra la verdad, entonces Atanasio va contra el mundo.
Si él no se levantó, pero aún esta muerto, ¿cómo es que derrota y persigue y derroca a los dioses falsos, quienes los incrédulos consideran vivos, y a los espíritus malos a quienes adoran? Pues donde se nombre a Cristo, la idolatría se destruye y el fraude de los malos espíritus queda expuesto; de hecho, ningún espíritu tal puede soportar aquel Nombre, pero huye al oírlo. Esta es la obra de Uno que vive, no de un muerto; y, más que eso, es la obra de Dios. Sobre la Encarnación