¿Bautismo y llenura del Espiritu Santo?
Desde el Perú F.P. nos envía la siguiente pregunta: ¿Podría orientarme respecto al bautismo del Espíritu Santo o la llenura del Espiritu Santo conforme habla en el libro de los Hechos?
Respuesta:
La presencia del Espíritu Santo en la vida del creyente es una de las grandes bendiciones del Nuevo Pacto. En el Antiguo Testamento, el Espíritu obraba de formas más limitadas. Ahora, todos podemos conocer su presencia todo el tiempo.
Jesús prometió a sus discípulos que serían bautizados con el Espiritu Santo (Hechos 1:5). La palabra "bautizar" significa "sumergir", así que debemos entender que Jesús estaba prometiendo a sus discípulos que serían sumergidos, totalmente saturados con la presencia del Espíritu Santo. Los eventos del día de Pentecostés son el cumplimiento de esta promesa. En Hechos 2:4 se nos dice que los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo, y entonces empezaron a hablar en otras lenguas. Nótese que éstas eran lenguas conocidas, pues los que estaban reunidos en Jerusalén de otras naciones escuchaban sus idiomas natales.
Algunas personas han observado estos eventos y sacado la conclusión de que cada creyente experimentará, como los apóstoles, un bautismo en el Espíritu Santo o una llenura aparte de su conversión, y que debe esperar hasta recibir este bautismo para servir al Señor. También han pensado que la evidencia de este bautismo es hablar en lenguas. Es peligroso, sin embargo, basar nuestra doctrina en pasajes históricos. Podemos entender, más bien, que los eventos de Hechos sucedieron así por el lugar especial que ocupa este libro en la historia de la salvación. Los apóstoles fueron bautizados con el Espíritu Santo porque él venía para inaugurar la era de la iglesia; no debemos suponer que su experiencia fue normativa para todo creyente.
La llenura del Espíritu Santo es algo que puede suceder repetidas veces en la vida del creyente. Por ejemplo, en Hechos 4:8, Pedro habla lleno del Espíritu Santo - y nótese que no habla en lenguas, sino en su propio idioma. Los creyentes tambien así hablaron en Hechos 4:31.
Al leer la historia de Hechos - y dicho sea de paso que es muy recomendable no solo leer pasajes aislados, sino tomar el tiempo para leer libros de la Biblia completos también - notamos que grupos distintos de personas experimentaron subsiguientemente el bautismo en el Espíritu Santo, como lo habían experimentado los discipulos. Tenemos, por ejemplo, a los samaritanos en Hechos 8; a los gentiles en Hechos 10; y a los discípulos de Juan el Bautista en Hechos 19. En cada caso, se muestran evidencias del bautismo en el Espíritu Santo, como el hablar en lenguas. En estos casos, las evidencias sirven para dar testimonio a los presentes de la venida del Espíritu. Por ejemplo, en Hechos 10, los judíos presentes se maravillaron de que los gentiles tambien habían recibido al Espíritu. Sería difícil imaginarnos cómo lo habrían sabido si los nuevos creyentes no hubieran hablado en lenguas o dado alguna otra evidencia. Vemos, entonces, que estas señales sirven para mostrar el avance del evangelio y la presencia del Espíritu en cada grupo subsiguiente. Si entendemos esto, nos damos cuenta de que no hay ninguna razon para pensar que todo creyente tendrá que hablar en lenguas si ha sido bautizado en el Espíritu Santo.
Un estudio de las epístolas nos demuestra esto. Por ejemplo, de Efesios 1:13 aprendemos que cada creyente ha sido marcado con el Espíritu Santo. Esto significa que la salvación y la venida del Espíritu Santo actualmente no son dos eventos distintos, sino que recibimos al Espíritu Santo en el momento de creer. De igual forma, vemos que no todos hablarán en lenguas; si consideramos 1 Corintios 12:30 con su contexto, queda claro que no todo creyente hablará en lenguas - y que esto no significa que no posee al Espíritu Santo. Finalmente, cuando leemos en Efesios 5:18 que debemos ser llenos del Espíritu, nos damos cuenta de que la llenura es algo que - hasta cierto punto -depende de nosotros. Podemos dejarnos controlar por el Espíritu, o podemos seguir nuestro propio camino pecaminoso; la decisión es nuestra.
Concluimos, entonces, que el bautismo del Espíritu Santo es algo que sucede a cada creyente en el momento de su conversión, y que no necesariamente será acompañado por señales milagrosas (a distinción del libro de Hechos, que representa una etapa de transición histórica). La llenura del Espíritu es algo que todos podemos y debemos experimentar, y que depende de nuestra disposición de confesar y arrepentirnos de los pecados que podrían contristar al Espíritu, buscar su presencia y rendirnos a su control. Es un gran privilegio poder disfrutar tan plenamente del poder del Espíritu.
Pastor Tony Hancock
Desde el Perú F.P. nos envía la siguiente pregunta: ¿Podría orientarme respecto al bautismo del Espíritu Santo o la llenura del Espiritu Santo conforme habla en el libro de los Hechos?
Respuesta:
La presencia del Espíritu Santo en la vida del creyente es una de las grandes bendiciones del Nuevo Pacto. En el Antiguo Testamento, el Espíritu obraba de formas más limitadas. Ahora, todos podemos conocer su presencia todo el tiempo.
Jesús prometió a sus discípulos que serían bautizados con el Espiritu Santo (Hechos 1:5). La palabra "bautizar" significa "sumergir", así que debemos entender que Jesús estaba prometiendo a sus discípulos que serían sumergidos, totalmente saturados con la presencia del Espíritu Santo. Los eventos del día de Pentecostés son el cumplimiento de esta promesa. En Hechos 2:4 se nos dice que los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo, y entonces empezaron a hablar en otras lenguas. Nótese que éstas eran lenguas conocidas, pues los que estaban reunidos en Jerusalén de otras naciones escuchaban sus idiomas natales.
Algunas personas han observado estos eventos y sacado la conclusión de que cada creyente experimentará, como los apóstoles, un bautismo en el Espíritu Santo o una llenura aparte de su conversión, y que debe esperar hasta recibir este bautismo para servir al Señor. También han pensado que la evidencia de este bautismo es hablar en lenguas. Es peligroso, sin embargo, basar nuestra doctrina en pasajes históricos. Podemos entender, más bien, que los eventos de Hechos sucedieron así por el lugar especial que ocupa este libro en la historia de la salvación. Los apóstoles fueron bautizados con el Espíritu Santo porque él venía para inaugurar la era de la iglesia; no debemos suponer que su experiencia fue normativa para todo creyente.
La llenura del Espíritu Santo es algo que puede suceder repetidas veces en la vida del creyente. Por ejemplo, en Hechos 4:8, Pedro habla lleno del Espíritu Santo - y nótese que no habla en lenguas, sino en su propio idioma. Los creyentes tambien así hablaron en Hechos 4:31.
Al leer la historia de Hechos - y dicho sea de paso que es muy recomendable no solo leer pasajes aislados, sino tomar el tiempo para leer libros de la Biblia completos también - notamos que grupos distintos de personas experimentaron subsiguientemente el bautismo en el Espíritu Santo, como lo habían experimentado los discipulos. Tenemos, por ejemplo, a los samaritanos en Hechos 8; a los gentiles en Hechos 10; y a los discípulos de Juan el Bautista en Hechos 19. En cada caso, se muestran evidencias del bautismo en el Espíritu Santo, como el hablar en lenguas. En estos casos, las evidencias sirven para dar testimonio a los presentes de la venida del Espíritu. Por ejemplo, en Hechos 10, los judíos presentes se maravillaron de que los gentiles tambien habían recibido al Espíritu. Sería difícil imaginarnos cómo lo habrían sabido si los nuevos creyentes no hubieran hablado en lenguas o dado alguna otra evidencia. Vemos, entonces, que estas señales sirven para mostrar el avance del evangelio y la presencia del Espíritu en cada grupo subsiguiente. Si entendemos esto, nos damos cuenta de que no hay ninguna razon para pensar que todo creyente tendrá que hablar en lenguas si ha sido bautizado en el Espíritu Santo.
Un estudio de las epístolas nos demuestra esto. Por ejemplo, de Efesios 1:13 aprendemos que cada creyente ha sido marcado con el Espíritu Santo. Esto significa que la salvación y la venida del Espíritu Santo actualmente no son dos eventos distintos, sino que recibimos al Espíritu Santo en el momento de creer. De igual forma, vemos que no todos hablarán en lenguas; si consideramos 1 Corintios 12:30 con su contexto, queda claro que no todo creyente hablará en lenguas - y que esto no significa que no posee al Espíritu Santo. Finalmente, cuando leemos en Efesios 5:18 que debemos ser llenos del Espíritu, nos damos cuenta de que la llenura es algo que - hasta cierto punto -depende de nosotros. Podemos dejarnos controlar por el Espíritu, o podemos seguir nuestro propio camino pecaminoso; la decisión es nuestra.
Concluimos, entonces, que el bautismo del Espíritu Santo es algo que sucede a cada creyente en el momento de su conversión, y que no necesariamente será acompañado por señales milagrosas (a distinción del libro de Hechos, que representa una etapa de transición histórica). La llenura del Espíritu es algo que todos podemos y debemos experimentar, y que depende de nuestra disposición de confesar y arrepentirnos de los pecados que podrían contristar al Espíritu, buscar su presencia y rendirnos a su control. Es un gran privilegio poder disfrutar tan plenamente del poder del Espíritu.
Pastor Tony Hancock