¿Puedo usar Viagra?
F.P. nos escribe lo siguiente desde el Perú: Mi pregunta es si un creyente casado, en la intimidad con su esposa, podría recurrir a pastillas como el viagra para satisfacer sexualmente a su pareja.
Respuesta:
Esta pregunta, como muchas, no se presta a una respuesta fácil o rápida. Sin embargo, podemos dar unas pautas para el creyente que tenga que tomar una decisión sobre este asunto.
En primer lugar, es imprescindible recordar que (por lo menos en la mayoría de los paises) el Viagra, Levitra y otros medicamentos que pretenden tratar la impotencia masculina solo están disponibles con receta médica. Claramente, entonces, ninguna persona deberá usar estas medicinas sin consultar primeramente con un doctor de medicina.
Aparte de este punto, consideremos los usos para los que se pueden usar estas medicinas. Algunas personas las han usado como una forma de tratar de extender el placer sexual más allá de los límites naturales. Vivimos en una cultura híper-sexualizada, y como creyentes, tenemos que reconocer que el placer sexual, aunque es algo bueno creado por Dios, no es lo mejor que hay en la vida. Hay quienes viven sólo para el placer sexual, y el creyente no debe caer en esta trampa, aun cuando esto suceda dentro de los límites del matrimonio. Pablo nos llama en 1 Corintios 6:12 a no ser dominados por nada: "Todo me está permitido", pero no todo es para mi bien. "Todo me está permitido", pero no dejaré que nada me domine. Si el Viagra o alguna otra medicina nos es necesaria porque el sexo nos tiene dominados, estamos en peligro - tanto espiritual como físico y emocional.
En otros casos, sin embargo, los medicamentos de esta clase pueden servir como tratamientos para problemas médicos legítimos que estorban la relación sexual natural entre la pareja casada. Si éste es el caso, y el doctor receta una de estas medicinas, no veo ninguna razón bíblica para rechazarlas. A la vez, como creyentes reconocemos que el envejecimiento es parte de la vida, y que incluso puede ser parte del proceso de la madurez; estas medicinas no deben ser una forma de tratar de mantener artificialmente el vigor de la juventud, pues esto es aceptar los valores de nuestra cultura, y no los de la Biblia. La Biblia honra la vejez; Proverbios 16:31 dice: Las canas son una honrosa corona que se obtiene en el camino de la justicia. El mundo, en cambio, valora solamente la juventud vigorosa.
Para resumir, entonces, medicinas como el Viagra pueden tener ciertas funciones médicas aceptables, pero el creyente debe tener cuidado de no adoptar la mentalidad del mundo, que valora la sexualidad sobre todas las cosas.
Pastor Tony Hancock
F.P. nos escribe lo siguiente desde el Perú: Mi pregunta es si un creyente casado, en la intimidad con su esposa, podría recurrir a pastillas como el viagra para satisfacer sexualmente a su pareja.
Respuesta:
Esta pregunta, como muchas, no se presta a una respuesta fácil o rápida. Sin embargo, podemos dar unas pautas para el creyente que tenga que tomar una decisión sobre este asunto.
En primer lugar, es imprescindible recordar que (por lo menos en la mayoría de los paises) el Viagra, Levitra y otros medicamentos que pretenden tratar la impotencia masculina solo están disponibles con receta médica. Claramente, entonces, ninguna persona deberá usar estas medicinas sin consultar primeramente con un doctor de medicina.
Aparte de este punto, consideremos los usos para los que se pueden usar estas medicinas. Algunas personas las han usado como una forma de tratar de extender el placer sexual más allá de los límites naturales. Vivimos en una cultura híper-sexualizada, y como creyentes, tenemos que reconocer que el placer sexual, aunque es algo bueno creado por Dios, no es lo mejor que hay en la vida. Hay quienes viven sólo para el placer sexual, y el creyente no debe caer en esta trampa, aun cuando esto suceda dentro de los límites del matrimonio. Pablo nos llama en 1 Corintios 6:12 a no ser dominados por nada: "Todo me está permitido", pero no todo es para mi bien. "Todo me está permitido", pero no dejaré que nada me domine. Si el Viagra o alguna otra medicina nos es necesaria porque el sexo nos tiene dominados, estamos en peligro - tanto espiritual como físico y emocional.
En otros casos, sin embargo, los medicamentos de esta clase pueden servir como tratamientos para problemas médicos legítimos que estorban la relación sexual natural entre la pareja casada. Si éste es el caso, y el doctor receta una de estas medicinas, no veo ninguna razón bíblica para rechazarlas. A la vez, como creyentes reconocemos que el envejecimiento es parte de la vida, y que incluso puede ser parte del proceso de la madurez; estas medicinas no deben ser una forma de tratar de mantener artificialmente el vigor de la juventud, pues esto es aceptar los valores de nuestra cultura, y no los de la Biblia. La Biblia honra la vejez; Proverbios 16:31 dice: Las canas son una honrosa corona que se obtiene en el camino de la justicia. El mundo, en cambio, valora solamente la juventud vigorosa.
Para resumir, entonces, medicinas como el Viagra pueden tener ciertas funciones médicas aceptables, pero el creyente debe tener cuidado de no adoptar la mentalidad del mundo, que valora la sexualidad sobre todas las cosas.
Pastor Tony Hancock