Beda (Bede)
I. Su vida
Vivió entre 672-735 d.C.
Nació en el norte de lo que hoy es Inglaterra.
Ingresó a la edad de siete años a los monasterios gemelos de Wearmouth y Jarrow.
Fue el erudito más famoso de su era, y escribió obras didácticas y éticas.
Vivió una vida ejemplar; desde pocos años después de su muerte, se le conoce como “el venerable Beda” por su devoción.
II. Su contribución
Beda heredó las riquezas de dos estilos distintos de cristianismo, la iglesia celta establecida por Patricio y el cristianismo romano. Los celtas solían ser emocionales y evangelísticos, mientras que la iglesia romana era más disciplinada. Estas dos corrientes se combinaron en Beda.
La combinación de pureza doctrinal y espontaneidad evangélica que se mostró (imperfectamente, quizás) en Beda es la marca de lo mejor del movimiento evangélico moderno.
Beda estudió la exégesis, la biografía, los estudios del tiempo, la poesía y la rima, la música y la historia. Escribió textos que fueron usados para la educación cristiana hasta el surgimiento de las universidades, cientos de años después.
Escribió una historia de la nación inglesa que hasta hoy se considera la mejor fuente de información acerca de los primeros siglos de las islas británicas. A distinción de muchos historiadores antiguos, trató con mucho cuidado sus fuentes de información, verificando los datos cuando le era posible. Puso el precedente para el estudio cuidadoso de la historia.
Su obra demuestra la perspectiva lineal sobre la historia que caracteriza el cristianismo. La creación tuvo un principio, y tiene un destino y un propósito. Los eventos de la historia tienen significado moral.
Escribió también obras de interpretación bíblica, basándose grandemente en las obras de Agustín y Jerónimo. Copió en algunos casos, desgraciadamente, el estilo alejandrino de la alegoría.
III. Sus palabras
Nunca pensamos que la puerta del Reino de los Cielos está abierta a los que sólo conocen en sus mentes instruidas los misterios de la fe y los mandamientos de su Creador, sino a los que han progresado lo suficiente como para vivir por ellos.
I. Su vida
Vivió entre 672-735 d.C.
Nació en el norte de lo que hoy es Inglaterra.
Ingresó a la edad de siete años a los monasterios gemelos de Wearmouth y Jarrow.
Fue el erudito más famoso de su era, y escribió obras didácticas y éticas.
Vivió una vida ejemplar; desde pocos años después de su muerte, se le conoce como “el venerable Beda” por su devoción.
II. Su contribución
Beda heredó las riquezas de dos estilos distintos de cristianismo, la iglesia celta establecida por Patricio y el cristianismo romano. Los celtas solían ser emocionales y evangelísticos, mientras que la iglesia romana era más disciplinada. Estas dos corrientes se combinaron en Beda.
La combinación de pureza doctrinal y espontaneidad evangélica que se mostró (imperfectamente, quizás) en Beda es la marca de lo mejor del movimiento evangélico moderno.
Beda estudió la exégesis, la biografía, los estudios del tiempo, la poesía y la rima, la música y la historia. Escribió textos que fueron usados para la educación cristiana hasta el surgimiento de las universidades, cientos de años después.
Escribió una historia de la nación inglesa que hasta hoy se considera la mejor fuente de información acerca de los primeros siglos de las islas británicas. A distinción de muchos historiadores antiguos, trató con mucho cuidado sus fuentes de información, verificando los datos cuando le era posible. Puso el precedente para el estudio cuidadoso de la historia.
Su obra demuestra la perspectiva lineal sobre la historia que caracteriza el cristianismo. La creación tuvo un principio, y tiene un destino y un propósito. Los eventos de la historia tienen significado moral.
Escribió también obras de interpretación bíblica, basándose grandemente en las obras de Agustín y Jerónimo. Copió en algunos casos, desgraciadamente, el estilo alejandrino de la alegoría.
III. Sus palabras
Nunca pensamos que la puerta del Reino de los Cielos está abierta a los que sólo conocen en sus mentes instruidas los misterios de la fe y los mandamientos de su Creador, sino a los que han progresado lo suficiente como para vivir por ellos.