¿Cuál debe ser mi actitud hacia la Virgen?
S.T. nos hace la siguiente pregunta: Yo sé que siendo Jesús el Camino la Verdad y la Vida que nadie accede al Padre sin su intercesión; me pregunto, ¿Qué sucede con la Virgen? ¿Cuál debe ser mi postura frente a ella?
Respuesta:
Para quienes han sido criados con una tradición que exalta a la Virgen María, puede ser muy difícil llegar a reconocer que es su Hijo a quien debemos de honrar. Es entendible que el cariño que hemos sentido hacia ella sea difícil de abandonar. ¿Cuál debe ser nuestra actitud hacia la Virgen María?
Consideremos primeramente lo que María misma nos dice. Es sumamente interesante notar que sus últimas palabras registradas en las páginas de la Biblia son éstas: Haced todo lo que os dijere. (Juan 2:5) María, hablando a los siervos de la boda de Caná, pronuncia palabras que son apropiadas para cualquier persona en cualquier era. Ella dirige la atención hacia su Hijo, llamando a las personas a dar honor y obediencia a él.
Podemos tomar a María como ejemplo. Ella se encuentra entre las grandes mujeres de la Biblia, en su pureza, su dedicación a Dios, su humildad y su disposición para obedecer. Como evangélicos, a veces hemos soslayado a María para evitar el error de exaltarla sobremanera y hemos ido al otro extremo. La mujer cristiana hace bien en contemplar el ejemplo de María e imitar las muchas cualidades buenas que la marcan como sierva del Señor.
A la vez, debemos tener cuidado de no caer en ciertos errores. Por una parte, en ningún momento apoya la Biblia el concepto de orar a María. Al contrario; consistentemente en la Biblia vemos que las personas dirigen sus oraciones directamente a Dios. Jesus nos enseñó que tenemos este derecho al enseñarnos a orar: Padre nuestro, que estás en los cielos... Si tenemos el derecho como hijos de Dios de ir directamente a su presencia por medio de Jesús, ¿por qué buscar algún intermediario? No tiene sentido. Es más, de esta forma le robamos a Dios la honra que le pertenece. Me entristece cada vez que oigo a alguien decir que está muy agradecido con la Virgen, o que la Virgen le concedió su petición, pues realmente fue Dios quien lo hizo. El merece la honra. Es más, ¿cuál persona humana podría escuchar las oraciones de millones de personas alrededor del mundo al mismo tiempo? Sólo Dios lo puede hacer; cuando las personas oran a la Virgen, sin darse cuenta, la están tratando como si fuera Dios. Esto no es bíblico.
A veces se le da a la Virgen el título "Reina del cielo". Es muy interesante notar que las únicas veces que aparece este título en la Biblia, es para nombrar a una diosa falsa (véanse Jeremías 7:18; 44:17, 18, 19 y 25). Si la Biblia nunca aplica este nombre a María, y más bien la aplica solamente a una diosa falsa, ¿cómo la habremos de usar nosotros? Es también algo problemático llamar a María "Madre de Dios", pues Dios no puede tener madre; él es eterno. Es cierto que María dio a luz a Dios, porque Jesús fue Dios y hombre desde el momento de su concepción. Maria fue madre de Jesús en su humanidad, de Jesús como Dios hecho hombre. El título "Madre de Dios" fácilmente se da a malos entendidos; María no fue madre de su divinidad en el sentido de ser su origen o ser superior a él, pues como Hijo de Dios, Jesús siempre ha existido.
También esta mal dirgida la intención de quienes pretenden nombrar a María "co-redentriz" con Jesucristo, ya que él es nuestro único Redentor. Hay un sólo Dios, y un sólo Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre - 1 Timoteo 2:5.
Finalmente, es bueno comprender que llamar a María "virgen" ya no es correcto. Mateo 1:25 nos dice que José no tuvo relaciones con María hasta que ella dio a luz a su hijo primogénito, Jesús. Las palabras hasta que implican que después del nacimiento de Jesús sí tuvieron relaciones, como cualquier pareja casada los debería tener. También lo implica la palabra primogénito, pues de otra forma sería unigénito. Es más, la Biblia nos habla de los hermanos de Jesús, claramente hijos de José y María (ver Marcos 3:31, entre otros pasajes). En decir esto, de ninguna forma pretendemos desprestigiar a Maria. La virginidad no es un estado espiritualmente superior a la fidelidad matrimonial; Maria nos da un buen ejemplo como mujer al haberse guardado como virgen para su esposo, y al luego vivir con él como esposa fiel.
Dicho todo esto, ¿cómo debemos considerar a María? Ella nos da un gran ejemplo de humildad, de disponibilidad, de dedicación y de pureza. Cualquier creyente puede meditar en su ejemplo y seguirlo. Al comprender quién es ella, entendemos más acerca de Jesús. Como cualquier otro personaje de la Biblia, su papel es glorificar al único Salvador y Señor, Jesucristo.
Pastor Tony Hancock
S.T. nos hace la siguiente pregunta: Yo sé que siendo Jesús el Camino la Verdad y la Vida que nadie accede al Padre sin su intercesión; me pregunto, ¿Qué sucede con la Virgen? ¿Cuál debe ser mi postura frente a ella?
Respuesta:
Para quienes han sido criados con una tradición que exalta a la Virgen María, puede ser muy difícil llegar a reconocer que es su Hijo a quien debemos de honrar. Es entendible que el cariño que hemos sentido hacia ella sea difícil de abandonar. ¿Cuál debe ser nuestra actitud hacia la Virgen María?
Consideremos primeramente lo que María misma nos dice. Es sumamente interesante notar que sus últimas palabras registradas en las páginas de la Biblia son éstas: Haced todo lo que os dijere. (Juan 2:5) María, hablando a los siervos de la boda de Caná, pronuncia palabras que son apropiadas para cualquier persona en cualquier era. Ella dirige la atención hacia su Hijo, llamando a las personas a dar honor y obediencia a él.
Podemos tomar a María como ejemplo. Ella se encuentra entre las grandes mujeres de la Biblia, en su pureza, su dedicación a Dios, su humildad y su disposición para obedecer. Como evangélicos, a veces hemos soslayado a María para evitar el error de exaltarla sobremanera y hemos ido al otro extremo. La mujer cristiana hace bien en contemplar el ejemplo de María e imitar las muchas cualidades buenas que la marcan como sierva del Señor.
A la vez, debemos tener cuidado de no caer en ciertos errores. Por una parte, en ningún momento apoya la Biblia el concepto de orar a María. Al contrario; consistentemente en la Biblia vemos que las personas dirigen sus oraciones directamente a Dios. Jesus nos enseñó que tenemos este derecho al enseñarnos a orar: Padre nuestro, que estás en los cielos... Si tenemos el derecho como hijos de Dios de ir directamente a su presencia por medio de Jesús, ¿por qué buscar algún intermediario? No tiene sentido. Es más, de esta forma le robamos a Dios la honra que le pertenece. Me entristece cada vez que oigo a alguien decir que está muy agradecido con la Virgen, o que la Virgen le concedió su petición, pues realmente fue Dios quien lo hizo. El merece la honra. Es más, ¿cuál persona humana podría escuchar las oraciones de millones de personas alrededor del mundo al mismo tiempo? Sólo Dios lo puede hacer; cuando las personas oran a la Virgen, sin darse cuenta, la están tratando como si fuera Dios. Esto no es bíblico.
A veces se le da a la Virgen el título "Reina del cielo". Es muy interesante notar que las únicas veces que aparece este título en la Biblia, es para nombrar a una diosa falsa (véanse Jeremías 7:18; 44:17, 18, 19 y 25). Si la Biblia nunca aplica este nombre a María, y más bien la aplica solamente a una diosa falsa, ¿cómo la habremos de usar nosotros? Es también algo problemático llamar a María "Madre de Dios", pues Dios no puede tener madre; él es eterno. Es cierto que María dio a luz a Dios, porque Jesús fue Dios y hombre desde el momento de su concepción. Maria fue madre de Jesús en su humanidad, de Jesús como Dios hecho hombre. El título "Madre de Dios" fácilmente se da a malos entendidos; María no fue madre de su divinidad en el sentido de ser su origen o ser superior a él, pues como Hijo de Dios, Jesús siempre ha existido.
También esta mal dirgida la intención de quienes pretenden nombrar a María "co-redentriz" con Jesucristo, ya que él es nuestro único Redentor. Hay un sólo Dios, y un sólo Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre - 1 Timoteo 2:5.
Finalmente, es bueno comprender que llamar a María "virgen" ya no es correcto. Mateo 1:25 nos dice que José no tuvo relaciones con María hasta que ella dio a luz a su hijo primogénito, Jesús. Las palabras hasta que implican que después del nacimiento de Jesús sí tuvieron relaciones, como cualquier pareja casada los debería tener. También lo implica la palabra primogénito, pues de otra forma sería unigénito. Es más, la Biblia nos habla de los hermanos de Jesús, claramente hijos de José y María (ver Marcos 3:31, entre otros pasajes). En decir esto, de ninguna forma pretendemos desprestigiar a Maria. La virginidad no es un estado espiritualmente superior a la fidelidad matrimonial; Maria nos da un buen ejemplo como mujer al haberse guardado como virgen para su esposo, y al luego vivir con él como esposa fiel.
Dicho todo esto, ¿cómo debemos considerar a María? Ella nos da un gran ejemplo de humildad, de disponibilidad, de dedicación y de pureza. Cualquier creyente puede meditar en su ejemplo y seguirlo. Al comprender quién es ella, entendemos más acerca de Jesús. Como cualquier otro personaje de la Biblia, su papel es glorificar al único Salvador y Señor, Jesucristo.
Pastor Tony Hancock