¿Debe el pastor también ser evangelista?
L.M. nos envía la siguiente pregunta: ¿Qué tan comprometido debe estar un pastor con el evangelismo y el ganar almas? ¿Debe hacerlo el pastor, o es su deber pastorear como tal el rebaño?
Respuesta:
Esta es una pregunta muy buena, ya que parece ser que muchas iglesias malentienden la enseñanza bíblica en este punto. Se oyen comentarios como este: El pastor debería hacer más visitación para que nuestra iglesia crezca. Esto refleja una equivocación acerca del patrón bíblico para la iglesia.
El pasaje bíblico principal para comprender esto se encuentra en Efesios 4:11-12, citado a continuación: Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo...
Por una parte, notamos aquí una clara diferenciación entre el oficio de evangelista y el de pastor y maestro. Dicho sea de paso que el griego del pasaje, al unir las palabras "pastor" y "maestro" con un solo artículo, indica que se está hablando de un oficio descrito con dos palabras. Podríamos comunicar la idea hablando de "pastores-maestros". No son dos oficios distintos, sino uno. Al diferenciar entre el evangelista y el pastor-maestro, entonces, Pablo demuestra que son dos llamados distintos de Dios. Habrá quienes se dedican a tiempo completo a predicar el evangelio. Líderes como Luis Palau o Billy Graham se encuentran en esta categoría. Otros se dedicarán a nutrir y edificar a la iglesia local mediante la enseñanza, la predicación y el trabajo pastoral.
A la vez, sabemos que todo creyente es llamado a vivir y compartir su fe. El pastor también, entonces, debe evangelizar, pero su responsabilidad en esta área es la misma que la de toda su congregación. En otras palabras, el pastor no tiene una responsabilidad especial de evangelizar aparte del llamado como creyente que él comparte con toda su congregación. Mas bien, su papel es el de preparar a la congregación para que los miembros de la congregación puedan vivir su fe y alcanzar a otros. Esto lo indica claramente la frase "a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio". La obra pastoral es la de preparar a la congregación para hacer la obra del ministerio. El pastor no es un trabajador contratado por la congregación para hacer toda la obra; se parece mas a un entrenador que prepara y adiestra a la congregación para que todos trabajen. En una iglesia donde se comprende esta vision bíblica, habra crecimiento. Esto implica que el pastor tendrá una vision evangelística que él compartirá con la congregación, pero que la congregación unida será la que realiza la visión - no solamente el pastor.
Creo firmemente que el concepto del pastor como trabajador contratado para hacerlo todo es una de las razones por las que muchas iglesias se estancan. Recobremos el ideal bíblico del trabajo unido de toda la congregación, y veremos la transformación de nuestras iglesias.
Pastor Tony Hancock
L.M. nos envía la siguiente pregunta: ¿Qué tan comprometido debe estar un pastor con el evangelismo y el ganar almas? ¿Debe hacerlo el pastor, o es su deber pastorear como tal el rebaño?
Respuesta:
Esta es una pregunta muy buena, ya que parece ser que muchas iglesias malentienden la enseñanza bíblica en este punto. Se oyen comentarios como este: El pastor debería hacer más visitación para que nuestra iglesia crezca. Esto refleja una equivocación acerca del patrón bíblico para la iglesia.
El pasaje bíblico principal para comprender esto se encuentra en Efesios 4:11-12, citado a continuación: Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo...
Por una parte, notamos aquí una clara diferenciación entre el oficio de evangelista y el de pastor y maestro. Dicho sea de paso que el griego del pasaje, al unir las palabras "pastor" y "maestro" con un solo artículo, indica que se está hablando de un oficio descrito con dos palabras. Podríamos comunicar la idea hablando de "pastores-maestros". No son dos oficios distintos, sino uno. Al diferenciar entre el evangelista y el pastor-maestro, entonces, Pablo demuestra que son dos llamados distintos de Dios. Habrá quienes se dedican a tiempo completo a predicar el evangelio. Líderes como Luis Palau o Billy Graham se encuentran en esta categoría. Otros se dedicarán a nutrir y edificar a la iglesia local mediante la enseñanza, la predicación y el trabajo pastoral.
A la vez, sabemos que todo creyente es llamado a vivir y compartir su fe. El pastor también, entonces, debe evangelizar, pero su responsabilidad en esta área es la misma que la de toda su congregación. En otras palabras, el pastor no tiene una responsabilidad especial de evangelizar aparte del llamado como creyente que él comparte con toda su congregación. Mas bien, su papel es el de preparar a la congregación para que los miembros de la congregación puedan vivir su fe y alcanzar a otros. Esto lo indica claramente la frase "a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio". La obra pastoral es la de preparar a la congregación para hacer la obra del ministerio. El pastor no es un trabajador contratado por la congregación para hacer toda la obra; se parece mas a un entrenador que prepara y adiestra a la congregación para que todos trabajen. En una iglesia donde se comprende esta vision bíblica, habra crecimiento. Esto implica que el pastor tendrá una vision evangelística que él compartirá con la congregación, pero que la congregación unida será la que realiza la visión - no solamente el pastor.
Creo firmemente que el concepto del pastor como trabajador contratado para hacerlo todo es una de las razones por las que muchas iglesias se estancan. Recobremos el ideal bíblico del trabajo unido de toda la congregación, y veremos la transformación de nuestras iglesias.
Pastor Tony Hancock