Tomás Aquino
I. Su vida
Vivió entre 1225-1274 d.C.
Nació en Roccasecca, Italia, cerca de Aquino.
Su padre era conde; por parte de su madre, fue pariente del emperador romano Federico.
De niño fue dedicado a la vida monástica en Monte Cassino.
Estudió en la Universidad de Nápoles y en París; enseñó en París por algunos años, y luego enseñó en Italia en varios centros papales; regresó a París en 1269, donde se mezcló en varias controversias filosóficas y teológicas.
Murió en 1274 de camino al Concilio de Lion.
Se le considera el mayor teólogo de las edades medias.
II. Su contribución
Aquino rechazó el concepto de doble verdad del filósofo musulmán Averroes (es decir, la idea de que algo puede ser verdad según la filosofía pero falso según la revelación) e insistió que las distintas formas de conocimiento tienen métodos distintos. La razón es suprema en su conocimiento del mundo externo, mientras que las cosas de Dios están más allá de las posibilidades de la razón. La razón puede determinar que Dios existe, pero es necesaria la revelación para saber de su naturaleza.
Aquino describió “Cinco Vías”, cinco pruebas de la existencia de Dios. Las cinco pruebas se basan en lo observable de Dios en la creación; son pruebas empíricas. En esto se ve la influencia de Aristóteles.
Para Aquino, la “fe” consiste en afirmar la doctrina católica. Llega a ser un concepto mental. En la Reforma, se recobra la idea de la fe como una confianza personal.
Aquino concordó con Anselmo contra Agustín en la cuestión de la culpabilidad humana; para Aquino, la naturaleza humana se corrompió en el pecado de Adán, pero cada ser humano es culpable por la acción de su propia voluntad.
Aquino mezcló los conceptos de la gracia divina y el mérito humano de formas que contradicen al Nuevo Testamento. Enseñó que Dios habilita al pecador para que éste haga obras merecedoras de la salvación. La Biblia insiste en que somos incapaces de hacer obras que agraden a Dios, y que nuestra salvación es un regalo de Dios, no algo merecido.
Las enseñanzas de Aquino no fueron universalmente aceptadas; su teología llegó a ser parte de la hostilidad entre las ordenes dominicanas y franciscanas (Aquino fue dominicano).
Aquino incluyó en su teología como ideas fundamentales ciertas ideas extrabíblicas, tales como la veneración de María, la penitencia y el purgatorio. En esto podemos ver la influencia de la teología medieval, que ya empezaba a poner la tradición humana al mismo nivel que la Biblia. Escasos siglos después de su vida empezaría la Reforma, que pretendió devolver la Biblia a su lugar correcto en la vida de la iglesia.
III. Sus palabras
Para vivir en justicia, el hombre necesita una ayuda doble de Dios. Primeramente un don habitual, mediante la cual la naturaleza corrompida puede ser curada, y al ser curada, es exaltada para obrar acciones merecedoras de la vida eterna que exceden la capacidad de la naturaleza. En segundo lugar, necesita la ayuda de la gracia para ser movido por Dios para obrar. (Note la contradicción entre este concepto y el concepto bíblico de la gracia.)
Algunos pasajes bíblicos de interés:
Sobre la fe:
Hebreos 11:1:
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (La fe es confianza y certeza, no solo conocimiento.)
Gálatas 2:16:
Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie ser justificado.
Efesios 3:17:
Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, ... (La fe se dirige hacia una persona; es personal.)
Sobre la gracia:
Romanos 11:6:
Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. (La gracia y las obras están en oposición)
Efesios 2:8-10:
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. (La salvación es sólo por gracia y las obras son resultado, no causa, de la salvación.)
Sobre la tradición:
Marcos 7:13:
Invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a éstas.
I. Su vida
Vivió entre 1225-1274 d.C.
Nació en Roccasecca, Italia, cerca de Aquino.
Su padre era conde; por parte de su madre, fue pariente del emperador romano Federico.
De niño fue dedicado a la vida monástica en Monte Cassino.
Estudió en la Universidad de Nápoles y en París; enseñó en París por algunos años, y luego enseñó en Italia en varios centros papales; regresó a París en 1269, donde se mezcló en varias controversias filosóficas y teológicas.
Murió en 1274 de camino al Concilio de Lion.
Se le considera el mayor teólogo de las edades medias.
II. Su contribución
Aquino rechazó el concepto de doble verdad del filósofo musulmán Averroes (es decir, la idea de que algo puede ser verdad según la filosofía pero falso según la revelación) e insistió que las distintas formas de conocimiento tienen métodos distintos. La razón es suprema en su conocimiento del mundo externo, mientras que las cosas de Dios están más allá de las posibilidades de la razón. La razón puede determinar que Dios existe, pero es necesaria la revelación para saber de su naturaleza.
Aquino describió “Cinco Vías”, cinco pruebas de la existencia de Dios. Las cinco pruebas se basan en lo observable de Dios en la creación; son pruebas empíricas. En esto se ve la influencia de Aristóteles.
Para Aquino, la “fe” consiste en afirmar la doctrina católica. Llega a ser un concepto mental. En la Reforma, se recobra la idea de la fe como una confianza personal.
Aquino concordó con Anselmo contra Agustín en la cuestión de la culpabilidad humana; para Aquino, la naturaleza humana se corrompió en el pecado de Adán, pero cada ser humano es culpable por la acción de su propia voluntad.
Aquino mezcló los conceptos de la gracia divina y el mérito humano de formas que contradicen al Nuevo Testamento. Enseñó que Dios habilita al pecador para que éste haga obras merecedoras de la salvación. La Biblia insiste en que somos incapaces de hacer obras que agraden a Dios, y que nuestra salvación es un regalo de Dios, no algo merecido.
Las enseñanzas de Aquino no fueron universalmente aceptadas; su teología llegó a ser parte de la hostilidad entre las ordenes dominicanas y franciscanas (Aquino fue dominicano).
Aquino incluyó en su teología como ideas fundamentales ciertas ideas extrabíblicas, tales como la veneración de María, la penitencia y el purgatorio. En esto podemos ver la influencia de la teología medieval, que ya empezaba a poner la tradición humana al mismo nivel que la Biblia. Escasos siglos después de su vida empezaría la Reforma, que pretendió devolver la Biblia a su lugar correcto en la vida de la iglesia.
III. Sus palabras
Para vivir en justicia, el hombre necesita una ayuda doble de Dios. Primeramente un don habitual, mediante la cual la naturaleza corrompida puede ser curada, y al ser curada, es exaltada para obrar acciones merecedoras de la vida eterna que exceden la capacidad de la naturaleza. En segundo lugar, necesita la ayuda de la gracia para ser movido por Dios para obrar. (Note la contradicción entre este concepto y el concepto bíblico de la gracia.)
Algunos pasajes bíblicos de interés:
Sobre la fe:
Hebreos 11:1:
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (La fe es confianza y certeza, no solo conocimiento.)
Gálatas 2:16:
Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie ser justificado.
Efesios 3:17:
Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, ... (La fe se dirige hacia una persona; es personal.)
Sobre la gracia:
Romanos 11:6:
Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. (La gracia y las obras están en oposición)
Efesios 2:8-10:
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. (La salvación es sólo por gracia y las obras son resultado, no causa, de la salvación.)
Sobre la tradición:
Marcos 7:13:
Invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a éstas.