Las relaciones y la voluntad de Dios
Hemos recibido la siguiente pregunta: ¿Cómo sabe uno si una relación es la voluntad de Dios?
Respuesta:
Podemos estar seguros de que una relación no es del Señor si va en contra de la revelación de su voluntad que hallamos en su Palabra. Por ejemplo, él nos dice: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos (2 Corintios 6:14). Si estamos en una relación con un incrédulo, entonces, por mejor que nos sintamos y por más que lo amemos, podemos estar seguros de que no es del Señor. Igualmente, una relación adúltera o de fornicación, aunque puede sentirse muy bien en el momento, no es del Señor, y no será de bendición. El corazón humano tiene una gran capacidad para engañar. Dice Jeremías 17:9: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Nuestro corazón nos puede engañar, y nuestros sentimientos son traicioneros; por esto, si nos encontramos en una relación que va en contra de la voluntad revelada del Señor, podemos estar seguros de que no es de él, y no será de bendición.
¿Qué hacemos si estamos en una relación que cumple con las normas reveladas de la Palabra de Dios? Entonces debemos buscar la dirección del Señor en oración, buscar el consejo de creyentes maduros y usar nuestra propia inteligencia. Estamos hablando de un proceso: un proceso de oración para discernir la voluntad de Dios, un proceso de pedir los consejos de diferentes creyentes de madurez, sobre todo nuestros pastores, y un proceso de considerar el futuro que tendremos con esta persona. Durante este proceso, llegaremos a estar convencidos de que esto es lo que Dios quiere para nosotros, o al contrario, veremos que hemos estado equivocados.
Pastor Tony Hancock
Hemos recibido la siguiente pregunta: ¿Cómo sabe uno si una relación es la voluntad de Dios?
Respuesta:
Podemos estar seguros de que una relación no es del Señor si va en contra de la revelación de su voluntad que hallamos en su Palabra. Por ejemplo, él nos dice: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos (2 Corintios 6:14). Si estamos en una relación con un incrédulo, entonces, por mejor que nos sintamos y por más que lo amemos, podemos estar seguros de que no es del Señor. Igualmente, una relación adúltera o de fornicación, aunque puede sentirse muy bien en el momento, no es del Señor, y no será de bendición. El corazón humano tiene una gran capacidad para engañar. Dice Jeremías 17:9: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Nuestro corazón nos puede engañar, y nuestros sentimientos son traicioneros; por esto, si nos encontramos en una relación que va en contra de la voluntad revelada del Señor, podemos estar seguros de que no es de él, y no será de bendición.
¿Qué hacemos si estamos en una relación que cumple con las normas reveladas de la Palabra de Dios? Entonces debemos buscar la dirección del Señor en oración, buscar el consejo de creyentes maduros y usar nuestra propia inteligencia. Estamos hablando de un proceso: un proceso de oración para discernir la voluntad de Dios, un proceso de pedir los consejos de diferentes creyentes de madurez, sobre todo nuestros pastores, y un proceso de considerar el futuro que tendremos con esta persona. Durante este proceso, llegaremos a estar convencidos de que esto es lo que Dios quiere para nosotros, o al contrario, veremos que hemos estado equivocados.
Pastor Tony Hancock