PASTOR TONY HANCOCK
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La salvación de tu casa

2/16/2020

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  • ¿Te has dado cuenta de que cada casa tiene su propio olor?  Podrías tener los ojos vendados, pero con simplemente olfatear, sabrías cuando has entrado a la casa de algún amigo o familiar.  Muchas veces, hasta llevamos el olor de la casa en nuestra ropa.  Cada casa tiene su propio aire.
  • Algunos años atrás, Jesús Adrián Romero lanzó una canción con este tema.  Se titula, El aire de tu casa.  En la canción, se refiere al aire de la casa de Dios.  Describe la experiencia de habitar en la presencia de Dios como respirar el aire de su casa.
  • En esta mañana, te quiero hacer esta pregunta.  ¿Cómo es el aire de tu casa?  No me refiero a si usas algún aromatizante para refrescar el olor, o si tienes la casa limpia.  Más bien, ¿cuál es el ambiente de tu casa?  ¿Qué domina la atmósfera de tu hogar?  ¿Es un aire de amor, de paz y de orden?  ¿O el aire está lleno de gritos, de pleitos o de amargura?
  • Dios quiere salvar tu casa.  No me refiero al edificio en el que vives; la madera y los ladrillos un día dejarán de existir.  No los llevaremos al cielo.  Más bien, la salvación de tu casa se refiere a la salvación de tu familia.  Dios puede rescatar a tu familia.  Puede encaminar a tus hijos.  Puede sanar tu matrimonio.  Puede cambiar por completo el aire de tu casa.
  • La Biblia nos habla de tres casas que fueron salvadas.  La primera de ellas se menciona en Hechos 18:8.  Lo voy a citar de la Reina Valera: Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.
  • Crispo fue el líder de la sinagoga de los judíos en Corinto.  Sin embargo, cuando oyó el evangelio que predicaba el apóstol Pablo, dejó atrás su tradición y abrazó el evangelio.  Como resultado, toda su familia – toda su casa – también fue salva.  Su esposa y sus hijos creyeron y recibieron la salvación.
  • A veces, para que tu casa sea salva, tienes que romper con la tradición.  Como Crispo, puede ser que tengas que abandonar ciertas cosas que has recibido de tus antepasados.  Esto no es fácil; a veces, el proceso es doloroso.  Pero Dios jamás nos llamará a hacer algo que él no bendice.
  • La segunda casa que se salvó fue la del carcelero filipense.  Pablo y Silas habían sido arrestados y encerrados en la cárcel, bajo su custodia.  A eso de la medianoche, un terremoto sacudió el lugar.  Las puertas se abrieron, y el carcelero se imaginó que todos se habían escapado.  Estaba a punto de quitarse la vida cuando Pablo le habló para decirle: ¡No te hagas daño!  ¡Todos estamos aquí!
  • Él, entonces, les preguntó: ¿Qué tengo que hacer para ser salvo?  Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.  (Hechos 16:31)  Pablo y Silas predicaron el evangelio al carcelero y a toda su familia.  Todos recibieron a Cristo y fueron bautizados esa misma noche.
  • Para que tu casa sea salva, primero tienes tú que encontrarte personalmente con Cristo.  Tú como padre, tú como madre puedes desear lo mejor para tus hijos.  Si tú no conoces a Cristo de manera persona, si no caminas con él, la bendición no llegará a tus hijos.  La salvación llega a tu casa a través de ti, y no puedes pedirle a Dios que guíe a tus hijos si tú mismo no vives sometido a Jesús.
  • Mientras preparaba este sermón, alguien me llamó para pedirme interpretación.  El técnico le estaba reparando el refrigerador porque el compartimento inferior no enfriaba.  Me dijo el técnico que algo había tapado el drenaje, de tal modo que el agua se quedó atrapada alrededor de los elementos y no permitía la circulación del aire.
  • Lo mismo pasa en tu familia si tú mismo no estás rendido a Cristo.  Pides la bendición de Dios sobre tus hijos, pero el aire no circula.  Lo estás tapando.  Sólo se quitará el tapón cuando te entregas por completo al Señor.  No me refiero simplemente a tratar de ser una mejor persona; estoy hablando de una entrega, una sumisión, un quebrantamiento delante del Señor.  Es lo único que destapa la bendición para tu casa.
  • La tercera casa que se salvó se describe en Hebreos 11:7.  Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.  (RV60)  Tu casa sólo será salva por la fe.
  • En este corto versículo descubrimos tres cosas importantes que traen la salvación a casa.  La primera de ellas es que, por fe, vemos la realidad.  Noé fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían.  Dios le dijo que iba a llover, cosa desconocida en su mundo.  Le dijo que ese diluvio inundaría la tierra.  Por la fe, Noé pudo ver cosas que los demás ignoraban.
  • Cuando caminas por fe, entenderás cosas que los demás no entienden.  El mundo que te rodea no lo va a comprender.  No te sorprendas si se burlan de ti por seguir a Cristo, o si critican tu manera de criar a tus hijos.  Algunos te llamarán extremista por llevarlos todos los domingos a la iglesia.  Otros te dirán: Yo creo que los niños deben tomar sus propias decisiones acerca de la religión.
  • Lo interesante de este comentario es que no piensan así acerca de la escuela.  No dicen, Yo creo que los niños deben decidir si quieren ir a la escuela o no.  Tampoco piensan así acerca del dentista: Si mis hijos quieren tener caries, esa es su decisión.  Ni lo dicen acerca del doctor: Yo jamás obligaré a mis hijos a ponerse vacunas, si ellos no lo quieren hacer.
  • Cuando caminas por fe, entiendes que lo espiritual es más importante que lo material.  Entiendes que la salvación de tus hijos depende, al menos en parte, de lo que tú haces ahora.  Aunque los demás te critiquen, la Biblia te permite ver lo que ellos aún ignoran.
  • La segunda cosa que hace la fe es que nos lleva a actuar para rescatar a nuestra familia.  Noé no se conformó con saber la verdad.  Él no dijo: Qué interesante, Dios va a destruir el mundo con agua.  Bueno, seguramente el diluvio tardará mucho en llegar.  Mientras tanto, voy a disfrutar de la vida.
  • Más bien, se puso a trabajar.  Invirtió mucho tiempo y esfuerzo en recoger la madera, en tallarla, en seguir al pie de la letra los planos que el Señor le había revelado.  ¿Por qué preparó el arca?  Lo hizo con un fin: que su casa se salvase.  En otras palabras, Noé quería salvar a su familia.  Cuando llegó el diluvio, los que entraron con él al arca fueron sus hijos, sus nueras y su esposa.
  • ¿Qué estás construyendo para la salvación de tu familia?  No me refiero a un barco o una torre.  Más bien, ¿qué estás haciendo para que tus hijos sean salvos de este mundo?  La madera que usarás para construir esa arca consiste en tus oraciones por tus hijos.  Los clavos son los momentos que pasan juntos aprendiendo de la Palabra de Dios.  El diseño lo encuentras en la Biblia.  El chapopote que lo mantiene sellado es el esfuerzo que inviertes en proteger la integridad de tu matrimonio.
  • Hay que reconocer que no puedes garantizar la salvación de tus hijos.  Con todo lo que haces, es posible que alguno de ellos decida mal.  Todos tenemos libre albedrío.  Pero he vivido varios años ya.  He notado que, cuando los padres cuidan su propio matrimonio, cuando se esfuerzan en orar por sus hijos y en transmitirles su propia fe en el Señor, la gran mayoría de sus hijos siguen el ejemplo de sus padres.  A veces se alejan por un tiempo, pero más tarde, regresan.
  • ¿Qué quieres para tus hijos?  ¿Qué futuro deseas para ellos?  Esto nos lleva a la tercera cosa que hace la fe.  Por la fe, esperamos la liberación que viene.  La Biblia nos dice que Noé fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.  Noé miraba hacia delante.  Él no se preocupó por lo que podía perder en este mundo.  Más bien, buscaba la herencia que Dios le iba a dar.
  • Como creyentes, no vivimos solamente para este mundo.  Hebreos 10:34 dice, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.  Nosotros vemos más allá de la realidad de este mundo, porque estamos viviendo para lo eterno.  Nuestro mayor tesoro está en el cielo, y la mejor herencia que les podemos dejar a nuestros hijos es una herencia de fe en el Señor Jesús.
  • Cuando miro a los niños y jóvenes de esta iglesia, deseo que tengan vidas de éxito y bendición.  Anhelo ver que terminen bien la escuela, que escojan buenas carreras, que se casen dentro de la fe y disfruten de la vida familiar y que tengan lo suficiente en lo material.  Pregúntenles, si quieren; los animo en todas estas cosas.
  • Pero hay algo aun más importante que todo esto.  ¿De qué les serviría lograrlo todo, pero perderse lo más importante?  ¿De qué valdría que tu hijo sea doctor, abogado o empresario, con una vida muy cómoda, si al final se muere y va al infierno?  Aún más del deseo que tengo de ver a todos estos niños y jóvenes vivir bien es mi anhelo de verlos cuando llegue al cielo.  ¿No deseas tú lo mismo?
  • Si tu casa va a ser salva, tienes que mirar más allá de lo que ofrece este mundo y ver lo que Dios nos ofrece para la eternidad.  Tienes que preparar a tus hijos para vivir bien en la eternidad, no sólo aquí en la tierra.  Tu casa sólo podrá ser salva si vives para el cielo.
  • Al comienzo de este mensaje, te pregunté: ¿Cómo es el aire de tu casa?  Te vuelvo a hacer la misma pregunta, pero ahora te pregunto: ¿Qué harás para cambiarlo?  ¿Quieres que tu casa se salve?  ¿Quieres que tus hijos crezcan en relación con Cristo?  ¿Quieres que tu matrimonio sea duradero?
  • En cierta ocasión, un cartero llevó un sobre para entregarlo en cierta casa.  Se debía un centavo de franqueo.  El cliente no quiso pagar lo que se debía, y la carta cayó de regreso en la oficina de correos.  Al abrir la carta, descubrieron que había un cheque de $450 adentro.  Por no querer pagar un centavo, se habían perdido $450.
  • ¿Cuánto más nos ofrece Dios?  ¡Nos ofrece el cielo, la eternidad, su amor y su perdón!  ¿Cuánto tenemos que pagar por recibir estas cosas?  No nos cuestan nada, en realidad, sólo la fe.  Pero me pregunto: ¿dejaremos que nuestros hijos se queden sin todas estas bendiciones simplemente porque no queremos gastar el tiempo y el esfuerzo en dárselas?  ¿Haremos lo necesario para la salvación de nuestra casa?
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