El Espíritu Revelador• Hace algunos años tuve la oportunidad de saludar al evangelista Billy Graham. Ya está con el Señor, pero durante su vida, Dios lo usó para predicar el evangelio a cientos de millones de personas. Sin embargo, cuando era joven, Graham llegó a tener dudas serias acerca de su fe.
• Una noche, caminando por un campo de golf, comenzó a luchar en su mente con lo que creía. Después de varias horas de crisis, tomó una decisión que cambió el rumbo de su vida. Le dijo a Dios que creía su Palabra, que se iba a basar en ella y aceptarla como su autoridad. Cuando comenzó a predicar en público, una de sus frases preferidas fue, La Biblia dice… • Me identifico con la experiencia de Graham porque también he enfrentado dudas acerca de la fe. Sospecho que tú también las has tenido. En medio del sufrimiento, el dolor y la soledad, hablar de un Dios que me ama puede parecer absurdo. La solución a mis dudas es la misma que encontró Graham. Es la Palabra de Dios. • Dios es espíritu. Es invisible. No lo podemos ver. Sin embargo, él se ha revelado a nosotros. Su Espíritu lo da a conocer. Cuando nos basamos en la revelación de Dios en lugar de nuestras propias opiniones, comenzamos a encontrar respuestas a las dudas. • Si Dios se revela por medio de su Espíritu, ¿cómo lo hace? Como vimos la semana pasada, el Espíritu Santo siempre ha estado presente en el mundo. Antes de que el mundo se organizara, él ya se movía sobre la faz de las aguas. Él nos habla por medio de la creación misma. Nos demuestra que Dios existe. Cuando vemos la belleza y el diseño de la creación, el Espíritu nos dice que hay un Dios. • El Espíritu a veces habla en sueños. Una de las cosas que sucede con frecuencia en el mundo musulmán es que alguien tiene un sueño donde se le aparece Jesús. Por medio de ese sueño comienza a buscar a Cristo. ¿Quién le da ese sueño? El Espíritu Santo se lo da. • El Espíritu Santo también nos habla en nuestra conciencia. Cuando sentimos vergüenza por haber cometido un pecado, no es simplemente nuestra imaginación. El Espíritu Santo nos lo demuestra. Él nos muestra la diferencia entre el bien y el mal para que podamos arrepentirnos. • Pero todas estas formas en que el Espíritu se revela sólo sirven de preparación. Son como el abecedario. No puedo leer un libro sin saber el abecedario, pero el abecedario mismo no me da ninguna información. Es preliminar. Del mismo modo, si quiero conocer a Dios, tengo que saber que él existe. Tengo que saber que existen el bien y el mal. La revelación del Espíritu en la creación y en mi conciencia me prepara para conocer a Dios, pero no es suficiente. • La revelación final y completa que Dios nos ha dado por medio de su Espíritu está en la Biblia, que nos revela a Jesucristo. Si quieres recibir la revelación del Espíritu, tienes que estar metido en la Palabra. Sólo puedes conocer de verdad a Dios por medio de la Biblia. • Hay muchas formas de recibir la Palabra. La puedes leer y la puedes oír. Puedes escucharla en predicación. Hay diferentes formas de recibir la Palabra, pero sólo la Biblia nos revela a Dios. ¿Cómo lo hace? Hay dos obras del Espíritu que tenemos que entender: la inspiración y la iluminación. • Primeramente, el Espíritu inspiró a los escritores de la Biblia. Segunda de Pedro 1:21 lo expresa así: Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo. Los profetas que escribieron la Biblia fueron impulsados, como si fueran barcos de vela, por el Espíritu Santo. • Observa que Pedro lo expresa como algo ya pasado. Los profetas hablaron, no hablan. Alguien podría recibir un mensaje profético hoy en día, pero no tendría la misma autoridad que tienen las profecías de la Biblia. El mensaje profético que tiene completa autoridad sólo está en la Biblia. • Los profetas que escribieron la Biblia lo hicieron de diferentes formas. Por ejemplo, Lucas fue un historiador cuidadoso. Revisó documentos y entrevistó testigos para escribir su evangelio. En cambio, cuando Juan escribió Apocalipsis, recibió una visión. Juan sólo apuntó lo que vio. Los autores escribieron de diferentes formas, pero todos fueron impulsados por el Espíritu Santo. • Por eso, todo lo que escribieron es la Palabra de Dios. En 1 Timoteo 3:16 leemos esto: Toda la Escritura es inspirada por Dios. Las palabras mismas de la Biblia son las palabras de Dios, porque él las inspiró. No sólo inspiró las partes que más nos gustan. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y por lo tanto es verdad. No toda es de igual importancia, pero toda es la verdad de Dios. • Por esta razón, la Biblia es un libro único. Hay muchos libros buenos y provechosos, pero sólo la Biblia es la Palabra de Dios para nosotros. Por esta misma razón, Jesús nos llama a prestar atención a la Biblia. Mateo 4:4 dice: Jesús respondió: Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Jesús cita la Biblia misma para mostrar que es esencial. • ¿Le crees a Jesús? ¿Separas tiempo para alimentarte de la Palabra de Dios, así como separas tiempo para desayunar y comer? Si entendemos que Dios se da a conocer a sí mismo en su Palabra, no podremos ignorar lo que dice. Hay partes difíciles de entender, pero tenemos que hacer el esfuerzo. La buena noticia es que, cuando lo hacemos, no estamos solos. Además de inspirar la Biblia, el Espíritu Santo también nos ilumina cuando la leemos. • ¿Qué significa la iluminación? Es como cuando se prende una luz. A veces me toca salir del sótano de la iglesia después de apagar las luces. En la oscuridad, me he tropezado con sillas y mesas. Ahora prendo la linterna del celular y veo con claridad. Así es la obra iluminadora del Espíritu Santo. Sin él, leemos la Biblia y nos parece un misterio oscuro. Con él, se prende la luz. • De hecho, 1 Corintios 2:14 dice, El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente. Un incrédulo puede entender las palabras de la Biblia y captar sus historias, pero no tienen sentido para él. En cambio, cuando el Espíritu Santo viene, es como si se prendiera la luz. • Espero que hayas tenido esa experiencia al leer la Biblia. Si no la has tenido, pídele al Señor que te la dé. Jesús nos prometió que así sería. En Juan 16:13, dice esto: Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad. El Espíritu Santo ya vino en el día de Pentecostés, así que esta promesa es para nosotros. Si le pides al Espíritu Santo que te guíe, él lo hará. • Hay algo muy importante que debemos recordar acerca de la iluminación del Espíritu. Aunque él nos ilumina, podemos equivocarnos al interpretar la Biblia. La Biblia no contiene errores, porque el Espíritu Santo la inspiró. En cambio, mi interpretación sí podría estar equivocada. Por eso, es importante estudiar la Biblia con otros y estar bajo la enseñanza de la Palabra. De esa manera, cualquier malentendido puede ser corregido. • ¿Quieres conocer a Dios de verdad? Te invito a tomar la misma decisión que tomó Billy Graham y que yo he tomado. Decídete a confiar en la Biblia y a conocerla. El Espíritu Santo de Dios inspiró este libro. Se demoró 1.500 años en escribirlo. Ahora, él nos ilumina cuando lo leemos confiando en él. ¿Le pedirás a Dios que te ayude a entender la Biblia? ¿Separarás tiempo para leerla? ¿Esperarás que Dios te hable en ella para que lo puedas conocer?
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