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El astuto, el sincero y el condenado

3/20/2022

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  • ¿En qué momento has necesitado más del apoyo de otras personas? Quizás hayas pasado por uno de esos momentos de soledad cuando el mundo parecía tan vacío como una casa deshabitada. Lo que más deseabas era oír una voz amiga, pero no la escuchabas. Jesús vivió esa experiencia.
  • Sucedió en una noche oscura en las afueras de la ciudad. Lejos de las calles polvorosas y las luces de las casas, se paseaba entre los olivos con algunos de sus amigos más íntimos. Era la noche más importante de su vida, y él necesitaba su apoyo. Les pidió que oraran por él.
  • Aunque anhelaba tener el apoyo de sus discípulos, ellos se dejaron ganar por el sueño y se durmieron. Justo les volvió a hablar cuando llegó el traidor, el discípulo que había acordado con las autoridades entregarles a Jesús. Vamos a leer el relato de ese momento.
  • Mientras leemos la historia, quiero que enfoques tu atención en los tres personajes sobresalientes de la escena: Judas, Pedro y Jesús. Observa sus motivaciones y sus reacciones. La historia se encuentra en Mateo 26.47-56.
  • Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. 48 El traidor les había dado esta contraseña: «Al que le dé un beso, ese es; arréstenlo». 49 En seguida Judas se acercó a Jesús y lo saludó.
  • —¡Rabí! —le dijo, y lo besó.
  • 50 —Amigo —le replicó Jesús—, ¿a qué vienes?
  • Entonces los hombres se acercaron y prendieron a Jesús. 51 En eso, uno de los que estaban con él extendió la mano, sacó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.
  • 52 —Guarda tu espada —le dijo Jesús—, porque los que a hierro matan, a hierro mueren. 53 ¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles? 54 Pero, entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que dicen que así tiene que suceder?
  • 55 Y de inmediato dijo a la turba:
  • —¿Acaso soy un bandido, para que vengan con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el templo, y no me prendieron. 56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas.
  • Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. (NVI)
  • A los tres personajes principales de la historia les vamos a poner los siguientes apodos: el astuto, el sincero y el condenado. Consideremos las motivaciones, las acciones y las consecuencias para cada personaje. Comencemos con una de las figuras más odiadas de la Biblia, Judas Iscariote.
  • El camino que nos muestra Judas es el camino de la astucia. ¿Quién fue este Judas? En los retratos siempre aparece como una persona de apariencia espantosa. Pero Jesús lo escogió para ser uno de sus doce discípulos. Los demás lo aceptaron como uno de los suyos. Le tuvieron tanta confianza que le encargaron el cuidado de la bolsa común donde guardaban su dinero.
  • Hay una escena en la película de Jesús producida por Cru que me impactó enormemente cuando la vi por primera vez. Es la escena que representa el llamado de los doce discípulos. El actor que representa a Jesús escoge de la multitud que lo sigue a los doce que lo acompañarán siempre. A algunos simplemente los toca en el hombro, y a otros los abraza.
  • Por fin, llega a Judas Iscariote. Con una sonrisa de confianza en el rostro, se acerca a Judas y lo abraza. Ese detalle no aparece en la Biblia, pero creo que representa fielmente la actitud de Jesús hacia Judas. Aunque sabía que lo iba a traicionar, le dio toda su confianza y toda su amistad. Aun cuando llegó al jardín para traicionarlo, Jesús todavía lo llamó amigo.
  • ¿Qué, entonces, fue lo que sucedió con Judas Iscariote? ¿Cómo llegó a convertirse en el traidor? Tenemos una pista. Juan nos dice que Judas, como tesorero de los discípulos, solía tomar dinero de la bolsa común. Esto indica que a él le gustaba el dinero. Quizás había sido por este mismo motivo que decidió seguir a Jesús. Pensó que podría hallar su fortuna al lado de este maestro tan popular.
  • Llegó el momento, sin embargo, en que comenzó a dudar. Jesús hablaba de morir, no de conquistar. Hablaba del reino de Dios, no de establecer un reino terrenal. Hablaba de sacrificio, no de riqueza. Por fin, Judas decidió tratar de rescatar algo de los tres años de su vida que había perdido con Jesús. Astutamente, aprovechó su posición para hacer un trato con las autoridades de entregarles a Jesús.
  • Quizás aun así creía hacerle un favor a Jesús. Seguramente las autoridades no lo crucificarían. Un arresto serviría para sacudirlo y mostrarle que sus sueños no podían servir como base para vivir bien. Judas decidió traicionar al único hombre bueno que ha existido a cambio de unas monedas.
  • Estamos tan acostumbrados a pensar en Judas como el demonio en carne que no nos preguntamos si podríamos llegar a ser como él. A fin de cuentas, ¿cómo empezó la caída de Judas? Me atrevo a decir que empezó cuando espero algo de Jesús que Jesús no le ofrecía. Al final, cuando quedó decepcionado, lo traicionó.
  • Cuando observó a las personas hoy que han seguido a Jesús por un tiempo para luego rechazarlo, veo que tienen algo en común. En muchos casos, han sufrido alguna decepción o tristeza en su vida. Se han preguntado cómo les puede suceder tal cosa si siguen a Jesús, y terminan dándole la espalda.
  • Pero hay que preguntarse: ¿me ha ofrecido Jesús una vida sin problemas? ¿Me ha dicho que nadie me va a fallar si lo sigo? Claro que no. Él nunca nos promete semejante cosa. Ten mucho cuidado. Si esperas de Dios lo que él no te ha ofrecido, puedes terminar en el camino de la astucia tratando de conseguir lo que quieres por tu propia cuenta. Ese camino lleva a la perdición.
  • El segundo personaje que encontramos aquí es Pedro. Pedro fue sincero, pero estaba equivocado. Con sinceridad amaba a Jesús, pero no entendía su misión. Por lo tanto, quiso defenderlo con violencia. Cuando llegaron para arrestarlo, Pedro sacó la espada e inútilmente le cortó el oído al siervo del sumo sacerdote.
  • De los otros evangelios sabemos que este siervo se llamaba Malco, y que Jesús después le sanó el oído. Pero Mateo deja en relieve la acción impulsiva de Pedro. Con mucha valentía trató de defender a su Maestro. Sin embargo, poco después, huyó como cobarde junto a los demás discípulos.
  • Pedro amaba a Jesús. No se había decepcionado con él, como lo había hecho Judas. Pero tampoco había llegado a comprender bien su misión. No comprendía que Jesús había venido a conquistar con el poder del amor, no de las armas. Por eso, Jesús le responde: Los que a hierro matan, a hierro mueren. (Mateo 26:52)
  • El evangelio no puede avanzar a punto de espada. En el mundo antiguo, como hasta ahora, muchas religiones han conquistado por poder militar. El imperio romano que los judíos tanto odiaban obligaba a sus súbditos a venerar a su rey como si fuera un dios. Los que no querían hacerlo se exponían a la pena de muerte. Así se han extendido muchas otras religiones.
  • Pedro aquí representa a todos los que quieren avanzar el reino de Jesús sin usar los métodos de Jesús. Los conquistadores que llegaron a América Latina trajeron una forma de cristianismo a filo de espada, y todavía estamos pagando las consecuencias. Nosotros podemos caer en un error parecido al de Pedro si queremos avanzar la misión de Jesús sin usar los medios de Jesús.
  • Una vez, alguien sugirió que podríamos aumentar la asistencia a la iglesia si regaláramos cerveza en la entrada. Estoy seguro de que esto daría resultados, pero ¿qué lograríamos con eso? ¿Estaríamos salvando a la gente, o la estaríamos perjudicando más? Es mucho más costoso usar los medios de Jesús – el amor y el sacrificio. Pero sólo así podremos lograr su misión.
  • El tercer personaje que aparece en esta escena es Jesús mismo. Si tuvieras que adivinar cuál de los tres saldría ganando al final, ¿a cuál escogerías? ¿Al astuto, al violento o al condenado? Seguramente Jesús sería la figura más trágica. Sin embargo, él salió victorioso al final. Por eso, nos demuestra el camino a la salvación.
  • Jesús aceptó su destino. No lo aceptó por simple resignación, sino por amor. Sabía muy bien quién era y a qué había venido. No fue ninguna víctima. Aunque enfrentaba un sistema injusto y malvado, aunque todo lo que hacían las autoridades fue ilegal, Jesús se entregó porque sabía muy bien en qué terminaría todo esto.
  • Terminaría en la salvación de todos los que le siguieran. Nosotros nos unimos a Jesús cuando comprendemos su misión, entramos en su amor y nos comprometemos en vivir como él vivió. El camino de Jesús no es el camino de la astucia cínica ni de la violencia, por más sincera que sea. El camino de Jesús es el camino del amor verdadero, el amor que va más allá de los sentimientos y se convierte en sacrificio.
  • En ese momento en el jardín, Jesús estaba pensando en ti. Él se entregó a la muerte para que tú pudieras ser salvo. Se entregó para que tu vida pudiera ser transformada por la fe en él. Se entregó para que pudieras tener vida eterna y una vida con propósito. Ahora él te invita a entregarte a él.
  • ¿Con quién te identificas en la historia? ¿Con quién te quieres identificar? Jamás serás Jesús, por supuesto. Pero puedes seguirlo. Puedes unirte a su misión y vivir como él vivió. Puedes sacrificarte por amor. Puedes buscar el bien de los demás, rechazando la violencia. Jesús nos muestra que este camino, el más extraño, es también el camino a la vida verdadera.
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