• Se cuenta la historia de un niño que se tragó una moneda. Su padre lo tomó por los pies y comenzó a sacudirlo, tratando de lograr que se saliera la moneda. En eso, llegó la madre. ¿Qué haces, cariño? – le preguntó a su esposo. Cuando él le explicó que el niño se había tragado una moneda y que se lo quería sacar, la madre le contestó: No te preocupes, mi amor. Vamos a llevarlo al pastor.
• El padre se veía confundido. ¿Al pastor? ¿Para qué? La madre le contestó: ¿No ves que dicen que los pastores son muy buenos para sacar dinero? Bueno, yo no sé si los pastores realmente seamos buenos para sacar dinero o no, pero nos lleva a hacernos la pregunta: ¿para qué sirve un pastor? • Hemos llegado a la sección en su carta a Timoteo donde el apóstol Pablo nos habla de las cualidades que debe tener el pastor de una iglesia. Si tuvieras que hacer la lista tú, ¿cuáles cosas incluirías? ¿Cómo debe ser el pastor de una iglesia? Quizás dirías que debe ser guapo, porque si lo vas a tener que mirar cada domingo en el púlpito, no quieres que sea feo. • Quizás agregarías que debe ser dinámico, porque uno no quiere aburrirse al escuchar sus sermones. Y debe ser carismático, para que todo el mundo lo quiera seguir. Debe ser emprendedor, para que pueda guiar a la iglesia en todos los proyectos que tiene que realizar. Sospecho que muchas personas incluirían por lo menos una de estas cosas en su lista de requisitos para un pastor. • Vamos a ver ahora lo que dice Dios al respecto. Él nos ha dicho en su Palabra cómo quiere que sean los líderes de su iglesia. Por lo tanto, leamos lo que nos dice en 1 Timoteo 3:1-7. Se dice, y es verdad, que, si alguno desea ser obispo, a noble función aspira. 2 Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario, capaz de enseñar; 3 no debe ser borracho ni pendenciero, ni amigo del dinero, sino amable y apacible. 4 Debe gobernar bien su casa y hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto; 5 porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? 6 No debe ser un recién convertido, no sea que se vuelva presuntuoso y caiga en la misma condenación en que cayó el diablo. 7 Se requiere además que hablen bien de él los que no pertenecen a la iglesia, para que no caiga en descrédito y en la trampa del diablo. • Antes de hablar más a fondo de este pasaje, tenemos que aclarar el significado de algunas palabras. Estos versículos nos hablan de los obispos. En algunas iglesias, el obispo ocupa una posición distinta a la del pastor. Es otro nivel de liderazgo. Sin embargo, si indagamos un poco más, descubrimos que “obispo” es simplemente otro nombre para un pastor. • De hecho, hay tres palabras que describen la misma posición en la iglesia: anciano, obispo y pastor. En Hechos 20:17, se nos dice que Pablo mandó llamar a los ancianos de la iglesia de Éfeso. Cuando él les habla, se dirige a ellos como obispos que pastorean. El verso 28 dice: Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre. (NVI) • Estas tres palabras, entonces, describen a la misma persona: anciano, obispo y pastor. La palabra obispo describe lo que hace; supervisa la Iglesia. Anciano describe su experiencia y posición en la sociedad. Pastor describe su cuidado y corazón de amor hacia la congregación. Bajo el liderazgo de Jesús, el Buen Pastor, el pastor de la iglesia cuida de sus ovejas. Pero no son diferentes puestos en la iglesia, sino diferentes nombres para el mismo puesto. • Voy a usar la palabra pastor, porque es la palabra más acostumbrada para nosotros. Ahora bien, ¿qué nos dice Dios aquí acerca de los pastores? La primera cosa que nos dice es que es noble querer ser pastor. Dice el verso 1: Se dice, y es verdad, que si alguno desea ser obispo, a noble función aspira. • Si uno desea ser pastor, debe percibir un llamado sobre su vida. No es cuestión de simplemente escoger una carrera entre muchas. Pero también es cuestión de desear. Dios nos llama a servirlo por voluntad, no por obligación o manipulación. El deseo de ser pastor es un buen deseo. • Por lo tanto, si tu hijo te dice: Quiero ser pastor, cuida tu respuesta. No le vayas a decir: ¡No, hijo! Los pastores no ganan nada. La gente siempre los critica. Tienen que estudiar mucho. ¡Mejor escoge otra carrera! Más bien, pregúntale por qué quiere ser pastor. Investiga para ver si realmente tiene un deseo sincero de servir a Dios. Querer ser pastor es algo noble. • La segunda cosa que observamos es la importancia del carácter del pastor. Cuando las empresas escriben la descripción de algún puesto, generalmente se enfocan en las capacidades que se requieren de la persona. Describen los programas de cómputo que tiene que saber usar, los estudios requeridos y la experiencia que debe tener en su carrera. • Pero cuando Dios describe a los hombres que él quiere tener al frente de su iglesia, se enfoca más en la clase de hombres que son y menos en las capacidades que tienen. Observa la lista: tiene que ser un hombre de integridad y carácter, no una persona que se pueda acusar de muchas fechorías. • Tiene que ser fiel a su esposa. No debe tener una amante o una adicción a la pornografía, sino ser esposo de una sola mujer. Tiene que ser prudente, con dominio propio, respetable y hospitalario. • No puede ser bebedor. Si anda en la cantina el sábado, no puede pararse en el púlpito el domingo. Tampoco debe ser peleonero ni amante del dinero. Más bien, tiene que ser amable y apacible. Si está casado, debe gobernar bien su hogar. Sus hijos lo deben respetar, y su esposa también. Si su esposa le tiene temor en lugar de respeto, o si nunca corrige a sus hijos, algo está mal. • ¿Por qué? El verso 5 nos da la razón. Administrar la iglesia no es como administrar un negocio. El pastor no es un empresario. Más bien, es como un padre de familia. Por lo tanto, si un hombre no sabe administrar su hogar, menos podrá administrar la iglesia. • No es una obligación que esté casado, pero estos versículos nos muestran que es la situación normal de los hombres llamados a ser pastores. Cuando se prohíbe al pastor que esté casado, se va en contra de la Biblia. Aunque la soltería tiene sus ventajas, no se exige que los pastores lo sean. • Ahora bien, ¿por qué tanto énfasis sobre el carácter del pastor? Simplemente porque el pastor debe ser un ejemplo para la congregación. El carácter del pastor es importante, porque la iglesia no es simplemente un lugar de inspiración, de entretenimiento o de aprendizaje. Es un lugar de discipulado. • Si vas a un concierto, no te importa la vida personal de los artistas. Quizás te interese, pero puedes disfrutar del espectáculo sin saber nada de ellos como personas. Si escuchas a un motivador, lo que te importa es cómo te hace sentir. No te importa cómo vive el tipo afuera del escenario. • Pero la iglesia no es un teatro, ni es el culto una conferencia de motivación. Más bien, es una colección de discípulos que siguen a Jesucristo. Por eso, el carácter de su líder es importante. Debe ser un hombre que demuestra en su vida las cualidades que deben imitar los miembros de su congregación. • Por supuesto, ningún pastor es perfecto. Todos tenemos defectos. Seré el primero en reconocer que tengo muchos. Mostremos gracia a los pastores. Pero Dios nos enseña aquí qué es lo que debemos buscar en un pastor y en una iglesia. Si buscamos sólo a alguien que nos entretiene y nos motiva, es posible que salgamos entretenidos y motivados – pero no transformados. El carácter del pastor es importante, porque la meta de la iglesia es la transformación. Es llegar a ser como Jesús. • En realidad, sólo se mencionan dos capacidades del pastor en toda esta lista. La primera está en su título de obispo, que significa supervisor. El pastor está encargado de la iglesia. Bajo la dirección del Espíritu Santo, él la guía y la administra. No debe ser dictador ni tirano, pero sí es responsable por supervisar lo que sucede en la iglesia. • La segunda capacidad se encuentra al final de verso 2: capaz de enseñar. Además de supervisar la iglesia, el pastor también tiene que saber enseñar la sana doctrina, interpretar correctamente la Palabra de Dios y educar a su congregación de acuerdo con la verdad divina. Tiene que ayudar a su congregación a crecer en su conocimiento de la Palabra y su capacidad para obedecerla. • Si quieres saber qué buscar en un pastor, fíjate en estas cosas. Debe ser un hombre de carácter, que sea capaz de supervisar la iglesia y de enseñar la Palabra. Algún día cada iglesia tendrá que buscar un pastor. Ningún pastor vive para siempre. Por eso, es bueno saber lo que dice la Biblia acerca de los requisitos para ser pastor. • También nos ayuda a saber qué esperar de nuestro pastor. Cuando vamos al dentista, no esperamos que nos cuente chistes; esperamos que nos limpie los dientes. ¿Sabes qué debes esperar de tu pastor? Este pasaje te dice qué esperar de tu pastor. • Se cuenta la historia de un hombre que llegó a visitar una iglesia. Llegó tarde al culto, así que se sentó en la parte de atrás del santuario. De repente, se acercó a uno de los congregantes y le preguntó: ¿Cuánto tiempo ha estado predicando el pastor? El miembro le contestó: Creo que unos treinta o cuarenta años. • A esto, el visitante respondió: Bueno, ya debe estar a punto de terminar entonces. Este sermón está a punto de terminar, pero aquí no se acaba la verdad de Dios. Te animo a meditar sobre lo que has escuchado. Pídele a Dios en oración que levante más pastores como los que describe este pasaje. Ora por tu pastor, para que tenga el carácter que debe tener. Imita cualquier buen ejemplo que veas. De este modo, podemos crecer juntos para ser lo que Dios quiere que seamos.
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