· Los pastores a veces recibimos cartas, aunque en la actualidad, suelen ser más comunes los mensajes de texto o por correo electrónico. Cierto pastor recibió algunas cartas de los niños de su congregación. Como ya se han de imaginar, a los niños se les ocurre cualquier cosa. Por ejemplo: Querido pastor, mi papá debería ser predicador. Cada día nos da un sermón sobre algo.
· O que tal esta misiva: Querido pastor, por favor diga en su sermón que Pedro García se ha portado bien esta semana. Yo soy Pedro García. Sinceramente, Pedro. Creo que mi carta favorita es ésta: Querido pastor, creo que más gente iría a su iglesia si la mudara a Disneylandia. · A propósito de las mudanzas, estamos a punto de mudarnos a otro local. No vamos a ir a Disneylandia, porque nos quedaría un poco lejos. Pero al pensar en nuestra mudanza, se me vino a la mente otro traslado. Se trata de la ocasión en la que el rey David decidió trasladar el arca del pacto de Dios a la ciudad capital de Jerusalén donde después se construiría el templo. · Un par de detalles nos ayudan a entender mejor esta historia, para poder comprender lo que tiene que ver con nosotros. Primero, ¿qué era el arca del pacto? Era un cofre, cubierto de oro, que contenía las tablas de la ley que Moisés había recibido en el monte Sinaí y otros objetos sagrados. · En el mundo antiguo, cada nación tenía su religión y su dios o sus dioses. En cada templo, un ídolo o imagen del dios que allí se adoraba ocupaba el lugar central. Dios no quería que su pueblo le hiciera una imagen, porque él es espíritu. No se le puede representar con ninguna imagen. Por eso, al centro del templo de Israel no había ninguna imagen. En su lugar estaba el arca del pacto, que servía como una especie de trono para Dios. · En otras palabras, el arca del pacto representaba la presencia de Dios. No era una imagen de Dios; no era un ídolo, pero la presencia del arca del pacto aseguraba al pueblo que Dios estaba con ellos. · El segundo detalle es un evento que sucedió quizás sesenta años antes de la historia que vamos a leer. Los filisteos, enemigos de Israel, habían capturado el arca del pacto. Ellos creían que habían logrado algo especial, pero dondequiera que llevaban el arca, sucedían desastres. Dios les había permitido capturar el arca, pero les estaba mostrando que él seguía siendo todopoderoso. · Por fin, los filisteos decidieron devolver el arca. Ellos no sabían cómo hacerlo, porque no conocían las Escrituras. Tenían otra religión. En su ignorancia colocaron el arca sobre una carreta llevada por dos vacas. De ese modo el arca regresó a Israel. Ellos actuaron en ignorancia, pero Dios le había dejado a su pueblo instrucciones detalladas en su Palabra sobre cómo llevar el arca. · No debía ser llevado en una carreta ni por animales. Más bien, ciertos de los levitas – una tribu dedicada a Dios – debían llevar el arca usando palos largos, que se pasaban por anillos de oro que sostenían el arca. De este modo, ninguna mano humana tocaba el arca jamás. · Cuando los filisteos la devolvieron, el arca se quedó por mucho tiempo en un pueblo llamado Quiriat Yearín, también conocido como Balá. Por fin, el rey David decidió sacarlo de allí. Recuerda cómo se debía llevar el arca, y compáralo con la forma en que decidió llevarlo David. La historia se encuentra en 2 Samuel 6, y vamos a leer los versos 1-10. Una vez más, David reunió los treinta batallones de soldados escogidos de Israel, 2 y con todo su ejército partió hacia Balá de Judá para trasladar de allí el arca de Dios, sobre la que se invoca su nombre, el nombre del Señor Todopoderoso que reina entre los querubines. 3 Colocaron el arca de Dios en una carreta nueva y se la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba situada en una colina. Uza y Ajío, hijos de Abinadab, guiaban la carreta nueva 4 que llevaba el arca de Dios. Ajío iba delante del arca, 5 mientras David y todo el pueblo de Israel danzaban ante el Señor con gran entusiasmo y cantaban al son de arpas, liras, panderetas, sistros y címbalos. 6 Al llegar a la parcela de Nacón, los bueyes tropezaron; pero Uza, extendiendo las manos, sostuvo el arca de Dios. 7 Entonces la ira del Señor se encendió contra Uza por su atrevimiento y lo hirió de muerte ahí mismo, de modo que Uza cayó fulminado junto al arca. 8 David se enojó porque el Señor había matado a Uza, así que llamó a aquel lugar Peres Uza, nombre que conserva hasta el día de hoy. 9 Aquel día David se sintió temeroso del Señor y exclamó: «¡Es mejor que no me lleve el arca del Señor!» 10 Y, como ya no quería llevarse el arca del Señor a la Ciudad de David, ordenó que la trasladaran a la casa de Obed Edom, oriundo de Gat. (NVI) · David decidió llevar el arca a Jerusalén, pero ¿cómo lo hizo? ¿Siguió las instrucciones que Dios había dejado en su Palabra? ¡No! Más bien, siguió el ejemplo de los filisteos –sus peores enemigos. Ellos actuaron por ignorancia, pero David tenía la ley. Él debía haber sabido cómo mover el arca correctamente. · Cuando Uza extendió la mano y tocó el arca, murió. Había deshonrado la santidad de Dios. Al ver esto, David se enojó – pero al mismo tiempo, sintió temor. ¿Quién realmente fue culpable de la muerte de Uza? El actuó precipitadamente, pero David organizó mal el traslado. No siguió las instrucciones de Dios. · En su entusiasmo, no hizo las cosas como Dios quería. Nosotros a veces pensamos que la intención es lo único que importa. David tuvo buenas intenciones, y Uza también. Pero Dios había dejado instrucciones sobre cómo hacer las cosas, y ellos no las siguieron. Tuvieron mucho entusiasmo, pero poco respeto. No honraron la santidad de Dios. · En este momento de cambio y nuevos comienzos para nuestra iglesia, tenemos que tomar a pecho esta lección. Ninguna cantidad de entusiasmo puede tomar el lugar del respeto que Dios se merece. Tenemos que esforzarnos por hacer las cosas como él nos ha dicho que las hagamos, en lugar de seguir nuestras propias ideas o los malos ejemplos de los demás. · Gracias a Dios que él es misericordioso con nosotros. Podemos encontrar su perdón, si lo buscamos. El problema se presenta cuando ni siquiera nos esforzamos por tratar de hacer lo que Dios quiere, o cuando ponemos pretextos en lugar de arrepentirnos de lo que hacemos mal. Una iglesia que no honra la santidad de Dios tampoco disfrutará de su presencia. · ¿Estás preparado espiritualmente para lo que Dios tiene preparado para nosotros? ¿O servirás de estorbo al mover de Dios? ¿Te estás esforzando por conocer la voluntad de Dios y obedecerla? ¿O tomas a la ligera la santidad de Dios? La mano de Dios cae fuerte sobre quienes lo deshonran. · La mano de Dios también levanta a quienes lo honran. Si seguimos leyendo la historia, descubrimos algo interesante. David decidió abandonar su esfuerzo por llevar el arca a Jerusalén, y la dejó en la casa de Obed Edom. ¿Qué crees que sucedió allí? Fue así como el arca del Señor permaneció tres meses en la casa de Obed Edom de Gat, y el Señor lo bendijo a él y a toda su familia. 12 En cuanto le contaron al rey David que por causa del arca el Señor había bendecido a la familia de Obed Edom y toda su hacienda, David fue a la casa de Obed Edom y, en medio de gran algarabía, trasladó el arca de Dios a la Ciudad de David. (2 Samuel 6:11-12) · Este hombre era levita, de la tribu que debía cuidar el arca. ¿Qué hizo Dios cuando el arca se quedó en su casa? Lo bendijo. Él y su familia le dieron la bienvenida al arca del pacto, y la presencia de Dios fue una bendición para su hogar. ¡Fue tal la bendición de Dios que David tuvo envidia, y después de tres meses decidió terminar de mover el arca a Jerusalén! · La muerte de Uza nos advierte del peligro de ignorar la voluntad de Dios y ofender su santidad. La experiencia de Obed Edom, en cambio, nos muestra lo que pasa cuando recibimos la presencia de Dios con el honor debido. ¡Viene una gran bendición! No debemos permitir que el temor al Señor nos mantenga alejados de él. Más bien, nos debe motivar a acercarnos con reverencia y sumisión. · ¿Cómo puedes recibir la bendición de Dios en tu casa? No trates de fabricar una copia del arca del pacto para tenerla en la sala, por favor. ¡Eso no va a funcionar! Ahora, la presencia de Dios se manifiesta donde las personas lo adoran. Se manifiesta en los hogares que pasan tiempo en oración, en el estudio de la Palabra y en comunión. · En cambio, su presencia se aleja del pecado. Si quieres disfrutar de la presencia de Dios en tu hogar, también debes sacar de allí lo que ofende al Señor. El Señor no va a bendecir un hogar donde hay maldiciones, pleitos, impureza y traición. Sería como poner el arca sobre una carreta. Tenemos que preparar un lugar digno de la presencia de Dios. · Lo mismo se puede decir de nuestra iglesia. Tengo la confianza de que Dios nos tiene muchas oportunidades preparadas en nuestro nuevo local. Habrá gente nueva para alcanzar, eventos nuevos para organizar y experiencias nuevas para disfrutar. Pero si arrastramos malas actitudes y malas costumbres con nosotros, las cosas seguirán iguales. Será el mismo drama en otro escenario. · Este es el momento de prepararnos. Este es el momento que Dios nos está llamando a examinar nuestros corazones y buscar cualquier cosa que no le agrada. Este es el momento de analizar nuestro comportamiento y dejar todo lo que le deshonra. Así podremos irnos con su presencia, con su bendición y con su protección.
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