PASTOR TONY HANCOCK
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La esperanza de la Navidad

12/8/2019

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  • Alguien hizo una vez esta pregunta: ¿Cómo se sabe si un político está mintiendo?  Sería muy útil tener esa información, ¿no es verdad?  Si existiera algún “mentirómetro” o indicador que nos mostrara cuando un candidato u oficial no dice la verdad, todos estaríamos percatados.
  • La misma persona que planteó la pregunta también nos dio una respuesta.  ¿Cómo saber si un político miente?  Si mueve los labios, está mintiendo.  La respuesta es algo jocosa, pero expresa una verdad que no es tan chistosa.  Hemos sufrido demasiadas decepciones de políticos que prometían traer el paraíso a la tierra, pero sólo crearon más problemas.
  • Con sólo echar un vistazo a los titulares, nos quedamos convencidos de que los políticos no están solucionando nuestros peores problemas.  Pero queda una duda.  ¿Por qué, si los políticos no nos han logrado salvar, seguimos poniendo en ellos nuestra esperanza?  ¿Por qué hay tanto entusiasmo, cuando hay tanto fracaso?  Sencillamente porque todos traemos en el corazón la necesidad de seguir a un buen líder.  Existe la necesidad, pero falta el liderazgo.
  • En medio de los árboles decorados y las luces parpadeantes, los regalos y las fiestas de la Navidad, es fácil olvidar lo que realmente celebramos.  Esta celebración no se trata simplemente de la llegada de un bebé tierno y simpático.  Más bien, lo que celebramos es la venida del Rey que todos necesitamos.  El nacimiento de Jesús es el nacimiento de la esperanza, porque él es el líder que vale la pena seguir.
  • Esto lo descubrimos en una de las profecías de su venida dada por medio del profeta Isaías.  Él vivió en un momento de líderes malvados e irresponsables.  El poder mundial de su día fue Asiria.  El imperio asirio conquistaba grandes territorios con mucha crueldad.  El rey asirio no buscaba el bienestar de sus súbditos; sólo trataba de acaparar más poder y más riqueza.
  • Mientras tanto, el rey del pueblo de Dios – el rey judío – era un dictador de pacotilla llamado Acaz.  Frente a la amenaza de los asirios, él se defendía con saña en lugar de buscar la ayuda de Dios.  En otras palabras, el pueblo enfrentaba graves peligros, y su propio liderazgo estaba más interesado en sus propios intereses que en el bienestar del pueblo.
  • Los días del gran rey David, ese rey conforme al corazón de Dios que había gobernado al pueblo con justicia y sabiduría, eran un recuerdo lejano.  Habían pasado más de doscientos años desde que él murió.  ¡Ojalá se levantara otro como él!
  • Veamos ahora lo que Dios promete, leyendo Isaías 11:1-10.
Del tronco de Isaí brotará un retoño; un vástago nacerá de sus raíces.
2 El Espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor.
3 Él se deleitará en el temor del Señor; no juzgará según las apariencias, ni decidirá por lo que oiga decir,
4 sino que juzgará con justicia a los desvalidos, y dará un fallo justo en favor de los pobres de la tierra.  Destruirá la tierra con la vara de su boca; matará al malvado con el aliento de sus labios.
5 La justicia será el cinto de sus lomos y la fidelidad el ceñidor de su cintura.
6 El lobo vivirá con el cordero, el leopardo se echará con el cabrito, y juntos andarán el ternero y el cachorro de león, y un niño pequeño los guiará.
7 La vaca pastará con la osa, sus crías se echarán juntas, y el león comerá paja como el buey.
8 Jugará el niño de pecho junto a la cueva de la cobra, y el recién destetado meterá la mano
    en el nido de la víbora.
9 No harán ningún daño ni estrago en todo mi monte santo, porque rebosará la tierra con el conocimiento del Señor como rebosa el mar con las aguas.
10 En aquel día se alzará la raíz de Isaí como estandarte de los pueblos; hacia él correrán las naciones, y glorioso será el lugar donde repose.
  • La noticia para nosotros en esta Navidad es que el Rey perfecto ha venido.  Tenemos esperanza, porque Jesús nació para reinar sobre nosotros y traernos paz.  Observa primero lo que nos dice Isaías sobre el origen del Rey perfecto.  Nos dice que este Rey es un retoño del tronco de Isaí y un vástago de sus raíces.
  • Isaí fue el padre del rey David.  Dios había levantado de David un linaje de reyes.  Sin embargo, para el día del profeta Isaías, ese linaje era un tronco nada más.  Sus días de gloria estaban en el pasado.  Un día, sin embargo, Dios prometió levantar de ese tronco caído un retoño.
  • Por eso, cuando leemos la lista de antepasados de Jesús que aparece al principio del evangelio de Mateo, allí aparecen Isaí y David.  Tal como Dios lo había prometido por medio de Isaías, Jesús se levantó como ese retoño de la descendencia de David.  El tronco real volvió a brotar.
  • Pasaron más de setecientos años entre la profecía de Isaías y el nacimiento del Rey Jesús, pero Dios siempre cumple lo que promete.  Cuando era niño, uno de los gobernantes de mi país comenzó a construir un paso elevado sobre una de las carreteras principales.  Poco después, sin embargo, fue reemplazado por otro dictador. 
  • Ese paso elevado quedó sin terminar durante décadas.  Cada vez que pasábamos por esa carretera, ese proyecto sin terminar daba testimonio mudo de las promesas quebrantadas de los políticos.  Lo que el ser humano promete, muchas veces no lo cumple.  Lo que Dios promete, en cambio, siempre lo cumple.  Podemos confiar en él.
  • La segunda cosa que observamos acerca del Rey perfecto es su carácter.  El verso 2 nos dice que el Espíritu de Dios reposará sobre él.  Esto se cumplió cabalmente cuando Jesús fue bautizado.  El Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma, y lo guio en todo su ministerio. 
  • Ahora bien, sabemos que Jesús es Dios.  Siempre lo ha sido.  Cuando él fue formado en el vientre de su madre por obra del Espíritu Santo, tomó carne humana y se convirtió en el Dios-hombre.  En su humanidad, él fue guiado totalmente por el Espíritu Santo.  No se basó en conceptos humanos, en astucia humana o en valores humanos.
  • Más bien, vivió de acuerdo con la sabiduría de Dios.  Esto lo distingue de cualquier otro rey que haya nacido sobre la tierra.  Por esto, él gobierna justamente.  No se deja llevar por las apariencias.  No ve el color de la piel o el nivel social de la gente.  Cuando Jesús anduvo en la tierra, él ayudó a ricos y pobres, hombres y mujeres, niños y ancianos.
  • Sin embargo, en medio de este pasaje, descubrimos algo que no se ha cumplido.  Dice: matará al malvado con el aliento de sus labios.  En su primera venida, Jesús no mató a nadie.  ¿Por qué?  Porque en su primera venida, Jesús vino a salvar.  Él ahora ofrece salvación a todo el que cree en él.
  • Un día, sin embargo, regresará para juzgar.  Un día él volverá al mundo, y ese día él juzgará a todos los malvados que no se han querido arrepentir de sus pecados.  Estamos ahora en el momento de la oportunidad.  La justicia perfecta está todavía en espera, porque Dios nos está dando la oportunidad de arrepentirnos antes de que sea tarde.
  • Esto nos da una nueva perspectiva sobre la política.  Debemos orar por los que están en autoridad, y debemos usar nuestra influencia y nuestro voto para buscar el bienestar de nuestro país.  Sin embargo, nuestra esperanza no está puesta en ningún presidente.  Nuestra salvación no vendrá de ningún político.  Nuestro Rey es Jesús, y él es perfecto.  Él es justo.  Él es sabio, y no es partidario.  Él hará justicia a todos por igual.  Pongamos nuestra esperanza en él, no en los políticos.
  • La tercera cosa que nos describe Isaías en su profecía es el efecto del gobierno perfecto del Rey Jesús.  Nos dice que la maldición sobre la creación será quitada.  Habrá una paz tan completa que hasta los animales vivirán en paz.  En lugar de que el lobo trate de comerse al cordero, vivirán juntos.  En lugar de que el leopardo cace al cabrito, se tomarán la siesta juntos.
  • Aun la víbora, la serpiente venenosa, perderá su ponzoña.  El mundo vivirá en completa paz.  No sólo los animales, sino la gente misma también se unirá.  Las naciones correrán para conocer a Jesús.  Él traerá perfecta unión.
  • Quedamos a la espera del cumplimiento de estas palabras.  ¡No te recomiendo que metas la mano al nido de una víbora ahora!  La hostilidad entre la humanidad y los animales no se ha resuelto todavía.  Sin embargo, podemos vivir con la esperanza de que un día esto sucederá.  Cuando Jesús regrese, él establecerá un reino de paz que ni siquiera nos podemos imaginar.
  • La esperanza de ese día nos permite vivir en paz hoy.  Aunque Jesús todavía no ha establecido su reino perfecto, podemos vivir ahora como ciudadanos de su reino.  Podemos saber que esto viene, y esa esperanza nos permite vivir tranquilos en medio de la inseguridad que nos rodea.
  • Irónicamente, la temporada navideña que debe ser de paz y celebración puede convertirse en un tiempo de estrés, de preocupación y de ansiedad.  Pero si vemos detrás de los adornos, descubriremos algo que realmente nos puede traer la paz.  Encontraremos a Jesús, el Rey perfecto que nació para gobernarnos con equidad y sabiduría. 
  • Poniendo nuestra confianza en él, podemos llenarnos de paz y esperanza.  Podemos descubrir que la celebración tiene más sentido.  Podemos vivir con la expectativa de su segunda venida, cuando todo esto se hará realidad.

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