October 29th, 2023

Amistad con Dios

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• Una de las bendiciones más grandes que nos ha dado Dios es la amistad. Imagínate cómo sería la vida sin amigos. Eclesiastés 4:12 lo expresa así: Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente! La fuerza de los hilos en una cuerda no se suma, sino que se multiplica.
• Cuando caminas por la vida con verdaderos amigos, no te quiebras. Qué precioso es encontrar un amigo que no habla mal de ti cuando no estás, que está contigo en las buenas y en las malas y te acepta tal como eres. Hay que valorar a los amigos. También hay que ser buenos amigos.
• La amistad más preciosa que puedes encontrar es, en realidad, algo sobrenatural. La Biblia dice que Dios mismo nos ofrece su amistad. ¿Cómo podemos encontrar esa amistad? Comencemos con la primera persona que la Biblia describe como amigo de Dios. Me refiero a Abraham, el padre de la fe.
• En Santiago 2:23 leemos lo siguiente: Así se cumplió la Escritura que dice: «Creyó Abraham a Dios y esto se le tomó en cuenta como justicia», y fue llamado amigo de Dios. Abraham fue llamado amigo de Dios. ¿Por qué? Porque le creyó a Dios. Dios le ofreció a Abraham su amistad, y él la aceptó.
• Como resultado, Abraham fue bendecido por Dios. La bendición que Abraham recibió por ser amigo de Dios es una bendición que nosotros seguimos disfrutando. Cada persona que comparte la fe de Abraham entra en esa relación con Dios que Abraham tuvo. Llega a ser parte del pueblo de Dios.
• Por supuesto, cada amistad tiene dos partes. Es una amistad muy pobre si uno sólo recibe y el otro sólo da. Abraham aceptó la amistad de Dios porque confió en él, pero luego demostró que su fe era real por medio de sus acciones. Así se describe en los versículos anteriores a los que acabamos de leer, Santiago 2:18-22.
• Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras».
• Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras. 19 ¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan.
• 20 ¡Qué tonto eres! ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril? 21 ¿No fue declarado justo nuestro padre Abraham por lo que hizo cuando ofreció sobre el altar a su hijo Isaac? 22 Ya lo ves: su fe y sus obras actuaban conjuntamente y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo. 23 Así se cumplió la Escritura que dice: «Creyó Abraham a Dios y esto se le tomó en cuenta como justicia», y fue llamado amigo de Dios.
• Tener fe en Dios no significa simplemente creer que él existe. El diablo sabe eso. La fe verdadera nos lleva a la acción. Abraham demostró su fe cuando fue obediente y estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac. Su confianza en Dios fue de verdad, y esa confianza lo llevó a obedecer a Dios.
• ¿Eres amigo de Dios? ¿Has aceptado su invitación de amistad, entregándole tu vida? Si eres amigo de Dios, ¿cómo lo demuestras? ¿Le obedeces? Si tu fe es de verdad, serás diferente. Tendrás el deseo de obedecer a Dios. Te sentirás mal cuando le fallas. Tu vida reflejará tu fe.
• Cuando llegó el momento en que Dios cumpliría su plan de salvarnos, nos demostró la profundidad de su amor en la persona de su Hijo, Jesús. La noche en que Jesús fue traicionado, él habló con sus discípulos para explicarles su verdadera amistad. En Juan 15:13-15 leemos esto: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.
• Primeramente, Jesús nos muestra su amor. Así como Dios lo hizo con Abraham, Jesús lo hace con nosotros. Nos extiende la mano y nos ofrece su amistad. Extendió los brazos en la cruz, cargando allí nuestra culpa y nuestro dolor, mostrando así el tamaño de la amistad que él nos ofrece y el gran amor que nos tiene.
• Es más, Jesús nos revela algunos de sus planes. En otras palabras, nos hace de su confianza. Es un honor muy grande ser llamado siervo de Dios, pero Jesús dice que él nos invita a ser más que eso. Un siervo sólo recibe órdenes. Un amigo está enterado de los planes de su amigo. Jesús nos revela qué es lo que está haciendo. En su Palabra nos demuestra sus planes para este mundo.
• No sólo nos revela sus planes, sino que también nos incluye en sus propósitos. Nos invita a ser parte de la extensión de su reino alrededor del mundo. Mostramos nuestra amistad con Jesús cuando hacemos lo que él nos dice. ¿Qué es lo que Jesús nos ha dicho que hagamos? Juan 15:17 lo expresa así: Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros.
• Las personas que no conocen a Jesús hacen amistad con quienes les convienen. Excluyen y rechazan a los que no consideran parte de su grupito. Pero Jesús nos llama a ser amables con todos. Nos llama a perdonar, a aceptar, y a ofrecer nuestra amistad a todos, sin hacer acepción de personas. Si él nos ha amado así, tenemos que aprender a hacer lo mismo. Así mostramos que somos amigos de Jesús.
• Cuando perdonas a la persona con quien quedaste mal, demuestras tu amistad con Jesús. Cuando ayudas a la persona que jamás te podrá devolver el favor, demuestras tu amistad con Jesús. Cuando recibes con sinceridad a la persona nueva, demuestras tu amistad con Jesús.
• ¿Has aceptado la amistad de Jesús? ¿Te has entregado a él? ¿Has puesto tu confianza en lo que él hizo por ti en la cruz cuando pagó por tus pecados? ¿Estás viviendo como amigo suyo? La Biblia nos dice que tenemos que escoger si queremos la amistad de Dios o la del mundo.
• Santiago, el medio hermano de Jesús, escribió estas palabras en Santiago 4:4-5: ¡Oh, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios. ¿O creen que la Escritura dice en vano que Dios ama celosamente al espíritu que hizo morar en nosotros?
• Cuando Dios nos creó, él sopló en nuestras narices el hálito de vida. Puso el espíritu de vida en nosotros. Él anhela celosamente que tengamos una relación exclusiva con él. Cuando tratamos de estar bien con Dios y el mundo a la vez, cometemos adulterio espiritual. Traicionamos a nuestro Dios.
• Recuerdo un ejemplo de esto que alguien dio una vez. Esta familia tenía unos vecinos que alternaban los fines de semana. Un fin de semana se vestían de gala, se subían al carro e iban a la iglesia para “adorar a Dios”. El fin de semana siguiente, compraban cantidades de cerveza y hacían fiesta en su casa hasta altas horas de la noche. Querían ser amigos de Dios y amigos del mundo.
• ¡Esto no funciona! Dejemos de vacilar entre dos opciones. Dios no merece que lo tratemos así. Tenemos que escoger con quién vamos a estar. Si optamos por seguir al mundo, también compartiremos su destino. Terminaremos en la destrucción. 1 Juan 2:17 dice esto: El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
• Si tú le has fallado a Dios, puedes volverte a él. Es un Dios de misericordia y perdón. Su paciencia es muy grande. Aunque le hayas sido infiel, él te perdonará si te arrepientes de corazón. Te ayudará a ser diferente. Él nunca desprecia a un corazón humilde.
• Acepta hoy la invitación de Dios. Es el mejor amigo que puedes tener. Mostró su amor cuando Jesús dio su vida por nosotros en la cruz. Camina con nosotros. Siempre oye nuestra oración. Nos prepara un lugar a su lado. Jesús te invita a ser su amigo. ¿Eres amigo de Jesús?